El arte en la calle transforma vidas
Desde niña, Fernanda García sintió un llamado profundo hacia las artes. Creció rodeada de músicos y actores en su familia paterna, quienes la envolvieron en la magia de la expresión artística y le inculcaron el deseo de contar historias. Cuando llegó a la universidad para estudiar cine, supo que no solo quería explorar la estética visual, sino también utilizar su carrera como una herramienta de cambio social. Su visión del arte era clara: debía ser un medio para transformar vidas, y por eso Fernanda comenzó a trabajar con comunidades vulnerables, especialmente con personas en situación de calle.
Al involucrarse en el mundo de la Secretaría Distrital de Integración Social, su perspectiva de vida cambió por completo. Descubrió que las historias de quienes viven en la calle no son tan ajenas; bajo ciertas circunstancias, cualquiera podría verse en una situación similar. Con cada taller de arte, fotografía y audiovisual que impartía en los hogares de paso, Fernanda no solo compartía conocimientos, sino que también aprendía lecciones de humanidad y gratitud. De cada encuentro, salía con una mayor comprensión de lo que muchos dan por sentado.
Durante tres años, Fernanda desarrolló Habitante Producciones, un proyecto que se convirtió en un espacio de expresión para quienes encontraban en el arte un refugio y una voz. Este proyecto se diversificó en dos líneas creativas: una gráfica, en la que se producían revistas y fanzines con las historias de los participantes, y una audiovisual, por medio de la cual los mismos habitantes de la calle se transformaban en cineastas de sus propias vivencias. Con producciones que iban desde cortos experimentales hasta documentales y stop motion, el arte se convirtió en una terapia de sanación y empoderamiento.
Cuando dejó su trabajo en Integración Social, Fernanda y una compañera decidieron que su misión no podía quedarse ahí. Así nació Fuerza Callejera, un colectivo independiente que no solo continuaba la labor de Habitante Producciones, sino que además propuso algo revolucionario: emplear a exhabitantes de la calle como talleristas y facilitadores de sus propios conocimientos. Con esta iniciativa, el arte pasó de ser solo una forma de expresión a convertirse en una vía de reintegración social y económica.
Una de las mayores oportunidades para el colectivo llegó en 2021, cuando Fuerza Callejera obtuvo la Beca Bogotá Diversa del Instituto Distrital de las Artes - Idartes, dirigida a sectores sociales. Esta beca fue crucial para el trabajo del colectivo, permitiéndoles llevar a cabo Zorralab, un laboratorio artístico móvil que realizaban con un triciclo equipado para dictar talleres de creación gráfica y audiovisual en las calles. El objetivo del proyecto fue transformar los imaginarios sociales sobre las personas en situación de calle y, a través del arte, acercarlas a la comunidad. Durante los talleres, muchos de los participantes, incluyendo exhabitantes de calle, compartieron sus historias y resignificaron espacios urbanos importantes en sus vidas. Fernanda, como coordinadora del proyecto, documentó el proceso, capturando tanto las experiencias como el impacto del arte en los asistentes y en los talleristas, quienes también habían vivido en la calle.
Gracias al apoyo de Idartes, el proyecto no solo obtuvo los recursos necesarios, sino también la visibilidad que permitió que la comunidad de Santa Fe y la sociedad en general conectaran con las historias de los participantes. A través de este proceso, Fuerza Callejera reafirmó su compromiso de usar el arte como generador de inclusión y empatía social. Fernanda considera que esta experiencia fue clave para el colectivo, pues mostró cómo el arte puede ser una herramienta poderosa para transformar percepciones y unir a la comunidad. Cada sesión en la calle fue una muestra de que el arte puede cambiar vidas, tanto para los participantes como para personas como Fernanda, quienes han encontrado en este trabajo una misión de vida.