Maestro César
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Adiós maestro César Álvarez

Gracias, maestro, por habernos mostrado el poder de la imaginación y por habernos dado alas para seguir soñando.

Desde el Instituto Distrital de las Artes - Idartes despedimos al maestro César Santiago Álvarez Escobar, cofundador y director del Teatro Libélula Dorada, quien falleció este 7 de noviembre de 2024. Su vida y obra nos dejan una huella imborrable en la cultura nacional, especialmente en el arte del teatro de títeres como él mismo lo expresaba en sus entrevistas: “El único límite que uno puede tener con el teatro de títeres es la imaginación”. 

 

César Álvarez y su hermano Iván Darío fundaron en 1976 el Teatro Libélula Dorada, un espacio que se convirtió en referente del teatro de títeres en Bogotá. A lo largo de más de cinco décadas este teatro ha sido escenario de innumerables obras que han deleitado a públicos de todas las edades, combinando la magia de los títeres y marionetas con narrativas profundas y educativas. 

 

La trayectoria del maestro César no se limitó a la dirección teatral. Participó activamente en talleres de dramaturgia, técnicas de construcción y animación de títeres, y en eventos formativos relacionados con la gestión cultural. Fue socio fundador de la Asociación de Titiriteros de Colombia (ATICO), miembro del Consejo Nacional de Teatro, presidente de la Asociación Nacional de Salas de Teatro y jurado en múltiples convocatorias. 

 

Su compromiso con la pedagogía y la ética de la imaginación propició espacios de libertad creadora, constituyéndose en un referente artístico de la ciudad. Desde Idartes reconocemos su valiosa e incansable labor artística, la cual podemos ver recogida en la serie Maestras y maestros de la escena, una crónica dedicada a los hermanos César e Iván Álvarez y su legado en el Teatro Libélula Dorada.

 

César Álvarez deja un vacío en la escena cultural, pero su legado perdurará en cada obra, en cada títere y en cada espectador que tuvo el privilegio de sumergirse en su mundo de fantasía y reflexión. Como la libélula que nace en el agua y asciende al aire, su vida fue un viaje desde lo profundo de la creación hasta la libertad de volar sin límites, llevando siempre consigo la belleza de la imaginación y el poder transformador del arte. 

 

Hoy, mientras su cuerpo se despide, su alma vuela libre, tal como siempre lo hizo. Su legado vive en cada niño que aprendió a mirar el mundo con los ojos del corazón, en cada artista que se inspiró en su pasión y en cada risa que sus títeres arrancaron de nosotros. Su vuelo no termina; se eleva aún más alto, hacia un horizonte en el que la libertad y la vida se encuentran en su máxima expresión. 

 

Gracias, maestro, por habernos mostrado el poder de la imaginación y por habernos dado alas para seguir soñando. Que su viaje hacia la eternidad sea tan hermoso y libre como lo fue su vida. 

 

Hasta siempre.