Cultura y memoria para el cuidado medioambiental en Ciudad Bolívar

Cuando se está en la Vereda Mochuelo Alto se ven sus árboles, sembrados y terrenos que llenan de color a la que representa más del 15% de la zona rural de Ciudad Bolívar. Si se voltea hacia el noroccidente se observa el Relleno Sanitario Doña Juana, como recuerdo constante del riesgo que significa para la salud, con montañas de desechos que sus habitantes saben reconocer desde que vieron los primeros camiones llevar basura en octubre de 1988. 

Con esa realidad a la vista todo el día, La Organización Mirachuelo Ecoambiental se creó en 2019 para promover el cuidado de la vereda mediante el turismo sostenible. Es Cultura Local fue una oportunidad para las quince familias que la conforman. Complementaron ese trabajo medioambiental, buscando recuperar la cultura y tradiciones a través de la memoria de sus adultos mayores con el proyecto Cultura para la Vida. 

Andrea Rivera, representante de la organización, toma un momento para hablar mientras intenta protegerse del frío habitual en la vereda. Cuenta que la organización creó un recorrido para mostrar a los visitantes la otra cara de Mochuelo. Mediante diferentes estaciones se les enseña sobre residuos orgánicos y huella de carbono como forma para promover la conciencia de la ciudadanía sobre cómo sus prácticas de consumo pueden afectar el lugar que los acoge. 

Gracias al proyecto con Es Cultura Local, ampliaron el alcance de la estación de culturas y costumbres para poder mostrar su historia a través de las voces de los adultos mayores que quedaron plasmadas en un corto documental. Para ellos la cultura lo atraviesa todo y es el vínculo para conectar la memoria histórica con el cuidado medioambiental de Mochuelo. 

Según explica Andrea, la iniciativa es “para que todo tipo de visitante que venga a nuestro parque pueda observar el video y conozcan más allá de la historia de cómo era antes el Mochuelo Alto, cómo era antes del relleno Doña Juana y cómo es ahora; para ponerse en los zapatos de la gente”. Así mismo, agregó  “agradecemos a Es Cultura Local por habernos dado la oportunidad pues nos beneficiamos para que la ciudadanía conozca más a fondo”.

Ahora, ese video hace parte de las experiencias que viven los turistas. Quien visita Mochuelo, se lleva el propósito de cuidar sus prácticas y el recuerdo de las palabras de los ocho protagonistas del corto documental. Buenaventura, Limbania o Leopoldo son los guías en el camino de recordar las siembras de cebada y trigo, los camiones que salían con sus cosechas, la fundación de la parroquia, el compartir al son de la carranga o el joropo con una chicha elaborada en la vereda y cómo cambiaron sus vidas tras la apertura del relleno sanitario. 

Para Alfonso Parrado, miembro de la organización, lo más importante fue darle voz a los adultos mayores de la comunidad. Por eso, rememora con cariño el 17 de junio cuando se les hizo un homenaje a esos hombres y mujeres que conservan en sus palabras la historia de Mochuelo. Sin importar el esfuerzo, por la dificultad de movilidad de algunos, los reunieron para que compartieran nuevamente como amigos para bailar y disfrutar de la música sobre la que relatan en sus memorias. 

“Es Cultura Local fue una bendición para nosotros porque quisimos recuperar la memoria campesina. Queremos recuperar esa tradición y esos saberes ancestrales que tienen nuestros abuelos. El evento fue el reconocimiento de nuestra vereda como una invitación a nuestro abuelos para que se encuentren nuevamente y se cuenten todas las historias. La cultura no hay que olvidarla, hace parte de varios procesos como el turismo”, dice Alfonso.

La Agrupación Guascarreales los puso recordar los pasos que daban con la carranga de Jorge Veloza. Algunos observaban y otros se animaron a moverse en medio de las ruanas y los sombreros mientras otros tantos disfrutaban de algunos juegos tradicionales como el tejo, la rana, la herradura y el turmequé. 

Para Nicolás Rodríguez, habitante de la vereda, el estar ese día, ver el video y estar compartiendo con su bajo y sus cinco compañeros de agrupación lo conmovió. “Es muy importante porque hace que se tenga en cuenta nuestras tradiciones campesinas y hace que nos acordemos de nuestros ancestros como un reconocimiento a ellos. Ellos estaban muy contentos porque estaban acogidos con el programa Es Cultura Local con un proyecto para la zona rural”, dice. 

Andrea Rivera sigue recordando que ese día se le acercaron tras ver el video y le agradecieron porque nunca los habían tenido en cuenta. Para ella, el turismo va unido a la cultura y sueña que la iniciativa con Es Cultura Local sea una reacción en cadena que inspire a los visitantes y les quede el amor por la vereda como ella vio en cada adulto mayor en las palabras que le quedaron marcadas: “se les preguntaba para ustedes qué es Mochuelo. Ellos decían, para mí Mochuelo lo es todo, Mochuelo es mi vida”.

En la tercera versión del Programa Es Cultura Local se reafirmó el compromiso de la ciudad con el sector creativo y cultural, promoviendo su estabilidad y sostenibilidad. Desde el Instituto Distrital de las Artes - Idartes y los 16 Fondos de Desarrollo Local – FDL se realizó una inversión cercana a los 14 mil millones de pesos para entregar más de 500 estímulos, beneficiando directamente a agentes culturales y creativos de la ciudad.