Crónicas

Con Río Cerón, volvieron las Sesiones de la Torre

El Escenario Móvil retomó su iniciativa, con la presentación de este artista queer, compositor, académico y arreglista.
Con Río Cerón, volvieron las Sesiones de la Torre
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En la Plaza Mapfre, en la calle 96 con 14, en Bogotá, se destacaba una persona vestida de color rosado. El atuendo incluía accesorios que parecían cadenas, las cuales se dirigían al centro de su pecho. También sobresalían una nariguera y una cabeza rapada, pintada de color blanco. Así es, se trataba de Rio Cerón, artista queer, compositor, académico y arreglista, que en esta oportunidad estaba montado en la tarima del Escenario Móvil Armando de La Torre, ubicado entonces en este lado de la ciudad.

Apenas estaba en la prueba de sonido, y aún así no dejaba de ser evidente la pasión y el compromiso en cada uno de sus ademanes y versos. Le pidió algunos ajustes de sonido al equipo humano del Escenario Móvil y se bajó de la tarima para hacer unos últimos ejercicios para afinar la voz. Entre tanto, una DJ tomó el mando de las consolas,  mezclando canciones de electrónica para que la Plaza Mapfre entrara en calor. 

Junto a Cerón estaban dos músicos más, que lo acompañaban en los teclados y la percusión. Estaban vestidos con una túnica gris, como uniformados. La percusionista tenía unas trenzas verdes que nacían de la coronilla de su cabeza. “Por fin pudimos salir, después de esta casa por cárcel de casi un año; es increíble”, dijo Cerón para dar inicio al evento.

Pero su estética no era la única que captaba la atención del público. También lo era su música, que incluía letras profundas con sonidos pop y electrónicos. Tomó la guitarra eléctrica y cantó su más reciente sencillo, cuyas líricas le hablan a lo bonito de la cotidianidad. Riffs sencillos, pero muy sentidos, acompañados de un beat desde la percusión, comenzaron a captar la atención de los curiosos que pasaban por la Plaza Mapfre.

“Mi propuesta ha sido la búsqueda de mi propia identidad. Empezar a encontrar el aspecto que pongo en tarima; la música, los arreglos, las letras. Ha sido hurgar mucho dentro de mí: mis historias, mis convicciones, mis puntos de vista. No me gusta encasillarme, y justamente trato de romper etiquetas con mi estética, mis letras”, señaló enfático Cerón. 

El artista queer de Bogotá manifestó constantemente lo feliz que se sentía de volver a tocar presencialmente, pero sobre todo de ser el primer artista en hacerlo en la tarima del Escenario Móvil. “Tener el privilegio de abrir este espacio de nuevo al aire libre ha sido bellísimo; a plena luz del día, casi un año sin tocar es como wow”, señaló Cerón.

La música de aquel suscitaba cierto misterio, pero al mismo tiempo una melancolía y una sensación de existencialismo, de introspección. "Yo no le tengo miedo, si su querer me duele. Déjese querer", decía uno de los temas que interpretó con total vehemencia. “Fue súper emocionante. Todavía estoy conmocionado. Durante la pandemia hice bastantes cosas en línea y la verdad me pareció una experiencia muy pálida. Esto es otra cosa. Definitivamente el ser humano necesita esto, necesita el contacto; necesitamos vernos”, agregó el artista queer.

"¡Otra!, ¡otra!", gritó al unísono el público que, aunque escaso, fue muy cálido con el artista durante todo el evento. “No me lo esperaba”, dijo Cerón. Esperó a que sus dos músicos acompañantes se bajaran del escenario y tomó su guitarra, solo en la tarima, y cantó una canción más para satisfacer al público. Al bajarse, finalmente, se acercó a su pareja, le dio un beso y un abrazo, y les dio las gracias a sus músicos y al público, haciendo explícita la necesidad de que se sigan abriendo espacios como el que ha dispuesto el Idartes, a través del Escenario Móvil Armando de La Torre.

Por: Sebastián Hernández Noreña
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