Así fue el Ciclo de Artistas Empíricos 2018
184 personas asistieron al Ciclo de Artistas Empíricos del Idartes, que este año fue realizado del lunes 23 al viernes 27 de abril en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (Fuga), en sesiones de tres horas. Fue una semana cargada de exponentes del arte local, con una destacada y activa participación del público.
Ana María Gordillo, artista empírica asistente, califica como “muy importante que haya estos encuentros, sobre todo para artistas empíricos, fue muy acertado todo lo que nos dijeron los expertos, sería maravilloso que siga pasando, que los sigan haciendo. De casa sesión nos queda algo. Lo que me gustó fue la conexión de todos los expositores, quienes nos llevan a entender que en el campo del arte todo funciona como un conjunto”.
Los ejes temáticos de cada una de las conferencias ofrecieron a los participantes herramientas valiosas para la formulación de espacios de exhibición, de intervención, de montaje, de creación de portafolios, de presentación de proyectos y la posibilidad de conocer la amplia gama de convocatorias que tiene Idartes preparada para los artistas bogotanos.
“Los ponentes desde sus experiencias lograron contestar las inquietudes de los participantes en el encuentro y dinamizaron la reflexión en cuanto a la idea del paso de lo empírico a lo profesional, destacando el proceso de autoexploración y experimentación autónomo que permite ir mejorando la práctica artística individual”, detalla Catalina Rodríguez, gerente de Artes Plásticas del Idartes.
Cabe aclarar que el ciclo no solo buscaba dar herramientas conceptuales, sino también de exploración artística. Por ello, plantearon dos laboratorios el viernes para cerrar la jornada, el primero: Perspectiva / Instalación (dibujos 3d en espacios públicos) en el que a partir del trabajo de perspectiva buscaban lograr efectos ópticos en diferentes superficies, y así ampliar las herramientas disciplinares de los asistentes. Y el segundo: Laboratorio de Tecnologías Recicladas, realizado con aparatos electrónicos dañados, permitió la creación de sonidos y exploración con la tecnología. Este laboratorio ayudó a crear puentes conceptuales entre la tecnología y las prácticas artísticas. Los asistentes evidenciaron su ánimo en cada uno de los laboratorios, en los cuales tuvieron al experimentar con otro tipo de elementos que se escapan a los materiales recurrentes del arte.
De acuerdo con alguno de los asistentes, este Ciclo posibilita conocer las discusiones contemporáneas del arte en cuanto a circulación, creación, apropiación, investigación y formación. Además, les permitió actualizar, reflexionar y producir piezas que respondan a las necesidades del medio artístico.
El Ciclo no sólo permitió actualizar las nociones del arte, sino que expandió la visión que se tiene de este, pues permitió conocer nuevos escenarios en los que se puede actuar; muestra de eso son los espacios pedagógicos y de mediación en la que el público tuvo interés en las charlas. Otro de los momentos destacados fue el conversatorio sobre creación de portafolios, como lo dice María Alejandra Arteaga, quien comparte que “en la charla de portafolios expusieron de una manera clara cómo lograr formar un proyecto, no solo para presentarse a las convocatorias que ofrece el Idartes, sino en general”. Esto le aportó en su proceso como docente, ya que dijo que luego del Ciclo se ha sentido más motivad a “crear un proyecto que al final sirva para el aprendizaje de otras personas, que no solo sirva a una persona o entidad, sino que amplíe su impacto”.
Para ella, el ciclo se convirtió en un espacio necesario para entablar relaciones entre los artistas empíricos y las instituciones encargadas del arte y la cultura, mientras incentivó la generación de nuevas propuestas artísticas que permitirán conocer otros puntos de vista.