Artistas visuales intervinieron la fachada del Escenario Móvil
Era la 1 p.m. y en el Parque Nacional de Bogotá se vislumbraba un sol que de vez en cuando se escondía entre un par de nubes grises. Como es costumbre, había deportistas haciendo sus rutinas de ejercicio. En el centro del lugar había un grupo de músicos haciendo resonar algunos tambores por todo el espacio.
Adentrándose un poco, en dirección al Teatro El Parque, estaba estacionado el Escenario Móvil Armando de la Torre, cuya fachada estaba siendo intervenida por los artistas Carlos Bez, Mugre Diamante, Tonra y Skore999, en una coproducción con Bajo Control Agencia Cultural. Desde las 9 a.m. habían estado allí, manipulando aerosoles de todos los colores, al ritmo de la música que emite un parlante suyo con el que hallaban motivación para seguir trabajando.
De acuerdo con ellos, la idea de la intervención fue retratar la relación que existe entre la ciudad y las expresiones artísticas y culturales. El arte que estaban plasmando en este escenario del Idartes incorporaba varios elementos, como personajes típicos de la ciudad, o referencias a distintos lugares de Bogotá. "La idea es que la gente también interprete la intervención como quiera", dijo Mugre Diamante.
En la parte frontal del escenario, que cuando sucede un show se despliega hacia arriba, empezaba a dibujarse la silueta de una mujer, con una casa bastante minimalista en el centro; también se apreciaban unos cerros, esta vez de color violeta. En el costado posterior, es decir, la parte de atrás del escenario, se veía a un hombre, aparentemente un artista visual urbano, atravesar con su aerosol lo que parecía ser una casa típica de barrio. Y finalmente en los extremos, por un lado, un músico ejecutando un instrumento de viento, con la urbe bogotana detrás de sí, y lo que parece ser una figura humana por cuyos oídos emanaban luces amarillas. En el otro extremo, un perro cuya presencia irradiaba tanto ímpetu como curiosidad.
Aunque el grupo de artistas quiso representar lo urbano y lo bogotano, lo cierto es que cada uno de ellos tiene interpretaciones diversas sobre lo que querían plasmar en la fachada del Escenario Móvil. Carlos Bez, por ejemplo, quiso representar una casa con unas formas y colores particulares, los cuales representan para él la típica vivienda de barrio bogotana. Para sus compañeros, por ejemplo, algunas de las casas eran imaginarias y no obedecían a alguna referencia física o tangible.
“Cuando hablamos de las casas, pensamos ya en algunos cortes en composición que hicieran referencia a las localidades de Bogotá. Entonces por eso hay de diferentes tipos y colores. Sin embargo, la referencia no es explícita”, dijo Mugre Diamante, dejando en evidencia esa diferencia de concepción que había incluso entre los mismo artistas.
Si bien hay muchas referencias físicas de la ciudad, como viviendas, lugares y personajes, lo que ella particularmente quiso expresar a través de sus aerosoles fue la relación que ellos como artistas han establecido con la ciudad a lo largo de su vida. “Creo que hace referencia a la relación que tenemos con Bogotá, y a cómo la cultura se mueve entre nosotros. En este caso, nosotros nos movemos con graffiti y música, sobre todo”, señaló.
La fachada del Escenario Móvil Armando de La Torre cada vez tomaba más forma. Podía percibirse entre colores y formas personajes del común de Bogotá. Un joven que pinta, una chica de alguna cultura suburbana y otra más tradicional y conservadora. Por su parte, Tonra, otro de los artistas participantes, señaló que la intervención del escenario del Idartes estaba segmentada. Por un lado, hacía alegoría a la música, a la diversidad cultural que tiene la ciudad, pero también a un paisaje natural. En otras palabras, a esa relación estrecha del barrio, el entorno y la cultura.
Los cuatro artistas le dedicaron tres días, desde las 9 a.m. hasta las 6 p.m., a esta intervención artística, que incluyó diferentes técnicas del arte urbano y el graffiti, y hace alegoría a la misionalidad de este escenario del Idartes. “La intervención está inspirada en la descentralización de la oferta cultural, y en la idea de llegar con el arte, con la música y la cultura a diferentes zonas periféricas de la ciudad”, señaló Román Prieto, de la organización Bajo Control Agencia Cultural. De acuerdo con él, el propósito fue también mostrar ciudad, naturaleza y rostros diversos.