Es Cultura Local: luces, cámara e impacto social para Tunjuelito
Una pequeña casa en el barrio San Vicente Ferrer en Tunjuelito, con dos pisos y una azotea con ladrillos a la vista de la fachada, una droguería, una pequeña puerta blanca de ingreso y pasillos estrechos, vio alterada su usual tranquilidad el pasado 5 de agosto. Luces, cámaras, monitores, trípodes y micrófonos se tomaron el lugar como escenario perfecto para contar una historia sobre la soledad, la vejez y la realidad de muchos adultos mayores en el sur de Bogotá alrededor del rebusque.
Junto con dos actores, el equipo de 25 personas va gestionando los apartados de la producción del cortometraje Hola, soledad. En medio de sus movimientos, Sebastián Londoño, director y productor de Isofragma, da vistazos al proceso, que es la culminación de 20 sesiones de talleres con los que 16 de las personas que trabajan ahora allí adquirieron conocimientos en guion, actuación, dirección de fotografía, arte, sonido y producción de campo en el marco del proyecto Laboratorio de Creación Audiovisual TunjoLab, ganador de la tercera versión del Programa Es Cultura Local.
Sebastián tiene ilusión por estos procesos de formación pues hace 10 años hicieron su primer proyecto educativo para la comunidad de Tunjuelito. Recuerda que, cinco de las personas beneficiarias en ese momento ahora hacen parte activa del sector audiovisual; algunos convirtiéndose en sus propios compañeros o proveedores de servicios.
Según cuenta, “10 años después decidimos volver con más experiencia, con más ganas y con más enfoque. Lo que más me emociona es ver el proceso. Ver que llegan con mucho miedo, otros con más receptividad y ahora verlos en esta sinergia en la que todos están encontrando su norte”. Agrega sobre el programa que “el propósito de Es Cultura Local se cumple porque permite al artista de las localidades desarrollar sus ideas. Es algo que debería sostenerse en el tiempo para seguir transformando realidades”.
Sebastián va notando el trabajo de todos. Reconoce que algunos tienen más experiencia y algunos otros hasta ahora participan de su primera producción, en la cual quisieron incluir equipos profesionales para darles un espacio que les dé visión sobre el sector. Geraldine Jiménez es una de esas personas con poca experiencia que llegó con la intención de aprender y se enamoró del mundo audiovisual en el proceso.
Geraldine ha tenido la oportunidad de estar al frente de la cámara en su papel de cantante de rap. Sin embargo, más allá de eso y en su rol de asistente de arte, se le ve con una gran sonrisa apoyando todo lo que puede y haciendo cada pregunta sobre las cámara o los monitores que va descubriendo.
“Yo venía con interés propio pues también soy artista y esto ha sido un aprendizaje muy valioso porque nos hemos adentrado a una producción desde todos los campos. Es importante que se sigan dando estos espacios porque la comunidad no los tiene. Cuando se lleva a las localidades, a los barrios y a lo popular ya se puede empezar a replicar de forma más sencilla”, cuenta Geraldine mientras acomoda una de las luces al cambiar de locación a un fruver cercano.
La calle se transforma en el nuevo lugar de grabación y cada uno de los encargados de área van indicando el traslado de los equipos con la supervisión de Sebastián. En ello, se le ve a Michael Zipa Sánchez llevando la cámara RED y haciendo ajustes al ubicarla en un andén, que da al frente de una pequeña casa azul, por donde una y otra vez entra la protagonista, doña Rosa, para que quede la mejor toma posible.
Michael es habitante del sector y le llena de entusiasmo que estas calles que ha conocido casi toda la vida sean el escenario de una producción. Él tiene experiencia como camarógrafo, pero también encontró mucho valor en el proceso. Sebastián lo invitó y no dejó perder la oportunidad porque los talleres fueron dictados por personas ampliamente conocidas en el sector como Jaime Lara, profesor en escrituras creativas; Hernán Méndez, actor; María Gamboa, directora y guionista, y Emanuel Rojas, director de fotografía.
Para Michael, “los talleres estuvieron muy buenos. Hubo gente muy reconocida y con mucho recorrido en la industria. Eso sirve mucho para afianzar los conocimientos que uno tiene y aprender cosas nuevas. Se nota la emoción en la cara de los participantes y les gusta”. Agrega sobre la producción que “el ideal es mostrar una historia desde un barrio normal. Es mostrar que desde aquí puede salir un proyecto muy bueno y me parece muy bacano”.
“El objetivo mío, como profesional, lo sigo llevando: es transformar realidades por medio de la educación o por medio del arte”, dice Sebastián Londoño mientras los protagonistas de la producción van realizando un ajuste o una indicación con voz fuerte. Recuerda a las personas que impactó Isofragma hace 10 años y que hoy siguen en este trabajo. Voltea la mirada y reconoce que eso puede pasar tras terminar la grabación y presentar el cortometraje pues para él, “el arte cura y el arte transforma”.
En la tercera versión del Programa Es Cultura Local se reafirmó el compromiso de la ciudad con el sector creativo y cultural, promoviendo su estabilidad y sostenibilidad. Desde el Instituto Distrital de las Artes - Idartes y los 16 Fondos de Desarrollo Local – FDL se realizó una inversión cercana a los 14 mil millones de pesos para entregar más de 500 estímulos, beneficiando directamente a agentes culturales y creativos de la ciudad.