Un Oasis escondido en los cerros orientales de Bogotá
La segunda es la vencida, dicen. Este es el caso de Giovanni Vargas un artista caleño que llegó en el 2002 a Bogotá para continuar su formación artística, lo que lo llevó de regreso a las aulas de clase, esta vez a las de la Universidad Nacional, donde estudió una maestría en Artes Plásticas y Visuales. Lo que no sabía entonces, era que en esta ciudad iba a construir uno de los más importantes proyectos de su vida, uno que le dejaría incontables lecciones, pero también, muchas alegrías.
Terminada la maestría en el 2004, desarrolla su proyecto artístico Apuntes para una historia de Chapinero, obra que cambia con el pasar del tiempo, por las circunstancias, los tiempos o las personas. Sin embargo, Giovanni avanza en el proceso de compilar diversos aspectos visibles e invisibles de la transformación que fue teniendo el lugar donde vive y que recorre con sus mascotas día a día.
El proyecto teje las historias de las que sale Oasis, como tituló su obra, la que quiso siempre que se plasmara en un libro. Pero el camino para llegar ahí no fue fácil, Giovanni se presentó dos veces al Portafolio Distrital de Estímulos del lnstituto Distrital de las Artes – Idartes, porque sabía que hay que perseguir los sueños, que hay que intentarlo más de una vez, aunque se vea lejana la posibilidad de lograrlos. En el 2018, finalmente, se abre la puerta del Idartes y llega la oportunidad para Giovanni Vargas, cuando se le otorga la Beca para proyectos editoriales independientes en artes plásticas. “Cada vez que miro el libro me doy cuenta de la importancia que tiene haber ganado esta beca, esa capacidad de permitir y dejar ver este tipo de propuestas que podrían tardar años en hacerse visibles”, dice Giovanni.
La beca lleva a Oasis a hacer parte del Centro de Documentación de la Galería Santa Fe, lugar donde reposan las obras artísticas que se han desarrollado en el campo de las artes plásticas en Bogotá gracias al Portafolio Distrital de Estímulos. Un lugar para la investigación en artes plásticas y visuales, donde el público tiene a su disposición una colección de más de tres mil quinientos ejemplares entre libros, revistas, catálogos, fotografías y material audiovisual.
El Centro de Documentación de la Galería Santa Fe empezó a consolidarse en 1981 año en el que nace la Galería, un espacio para los artistas, los amantes del arte y los curiosos, que año tras año, visitan la casa de las artes plásticas y visuales más grande Bogotá; donde además de exposiciones, encuentran un espacio que los atrapa, que los invita a conocer más, a explorar y dejarse llevar por las historias que allí reposan. Así, desde la creación del Premio Luis Caballero en 1996 la Galería empieza a documentar y a producir catálogos que registran el paso de los artistas y sus obras, robusteciendo este acervo documental bibliográfico, que tiene una particularidad y es que está especializado en el arte bogotano.
Para llevar a Oasis al mundo editorial Giovanni Vargas empieza a pensar quienes podrían acompañarlo en esta construcción, en este camino que plasmaría su obra en un libro y es ahí donde aparecen diferentes personajes como su amigo José Sanín quien lo ayudaría a madurar ,el proyecto. Pero la obra debe ir acompañada de otras voces.
Aparece en el camino otro de sus grandes amigos, el escritor Manuel Kalmanovitz, que sin pensarlo acepta la invitación de ser parte de este proyecto y escribe el cuento 5 Parques. El trabajo editorial de Kalmanovitz es muy importante para Giovanni, pues él ya había escrito sobre la ciudad en la serie de cuentos titulada Bogotá con mar, y eso lo hacía cercano a esta obra y a lo que el artista quería plasmar.
El primer momento de Oasis está compuesto por pequeñas imágenes elaboradas a mano, en hilo de algodón de color verde, con una técnica de costura del pasado plasmada en un lino de aproximadamente 3 metros de alto por 6 metros de largo; que refleja los parques, los lotes baldíos y las intersecciones de paso que aún respiran, que aún mantienen su vida, que no se han borrado en ese afán de construcción que transforma la ciudad.
Estos fragmentos conforman un mapa de islas urbanas que hacen parte del entramado del barrio. La obra se va tejiendo a medida que el artista evidencia los sectores que van cambiando, las zonas verdes que van desapareciendo y ya no acompañan y las quebradas, que ahora atraviesan la localidad, adornando edificios que con el pasar del tiempo, le van dando otra cara a lo que hoy se conoce como Chapinero Alto.
Oasis es un ejercicio de creación silenciosa que permite, metafóricamente, construir la narración de un lugar. Sus fragmentos aluden a zonas de tierra que aún sobreviven sin ser intervenidas por las constructoras, asemejándose a un gran archipiélago de color verde ubicado en una gran superficie lisa.
Sus islas llevan al espectador a reflexionar sobre ese estado permanente de desaparición y transformación de ciertos de lugares, no solo en Bogotá, sino en el mundo. “Espacios que pueden convertirse en fronteras, o umbrales que permiten que uno pueda cambiar de una forma o dinámica de comportamiento distinta de un lugar a otro, identificar cómo esas dinámicas están afectándolo a uno y cómo también ayudan a que cambiemos la forma de pensar y nuestros comportamientos”, afirma el artista.