Carlos Augusto Molina
Crónicas

Un hombre más cerca de las estrellas

¿Quién es el nuevo coordinador del Planetario de Bogotá?

Él es Carlos Augusto Molina, un hombre de 40 años, sencillo, y como se diría coloquialmente, buena gente. Pero en su sencillez alberga su enorme conocimiento y una sabiduría universal en ciencias, educación y astronomía. 

Carlos es un paisa oriundo de Santa Rosa de Osos, un municipio localizado en la subregión norte del departamento de Antioquia que cuenta con 35.650 habitantes. Viene de una familia tradicional conformada por su madre, ama de casa, su padre comerciante y finquero y un único hermano psicólogo. Hoy es padre de un pequeño de 5 años. 

Evocando su infancia, para este relato, Carlos menciona con añoranza que viene de un pueblo, un pueblo que lo llenó de felicidad en los primeros años de su vida y recuerda con nostalgia esa vida de campo, plena de naturaleza donde se sentía libre jugando con sus amigos sin la supervisión de sus padres y con cierta autonomía.

Se crío en el campo, en una finca. Cuenta que vivía en una casa muy grande que tenía una historia porque había sido un hotel en el siglo XIX. “Recuerdo que cuando llegamos a esa casa había unos sobrantes de televisores, radios y objetos, así como de electrónica, fue entonces que con un grupo de amigos hicimos como una especie de club, donde transformábamos los cacharros, le sacábamos los imanes para arreglarlos y jugar con ellos”. 

Y aquí es donde Carlos, el actual coordinador del Planetario de Bogotá empieza a descubrir y sentir pasión por lo que es hoy, un gran amante de la física, la educación y la astronomía. Comparte que solía sentirse maravillado con la visión del cielo nocturno de Santa Rosa de Osos, su pueblo natal que en su época aún era muy rural. Siempre estaba en contacto y con la mirada puesta en el cielo, disfrutaba sus paseos por el campo recogiendo frutillas silvestres y bañándose en los charcos de agua natural, sintiendo su libertad.

Cuando estaba en 6to de bachillerato, supo que lo suyo eran las estrellas pues permanecía mucho tiempo frente al televisor viendo dos programas: Nova de la televisión pública norteamericana y Cosmos de Carl Sagan. Esos dos contenidos lo marcaron y fueron su inspiración para buscar en la astronomía un proyecto al que se pudiese dedicar para el resto de su vida.

Así que cuando llegó el momento de estudiar, Carlos no titubeo, realizó su pregrado en Física en la Universidad de Antioquía, posteriormente cursó una maestría en Astronomía en el Observatorio do Valongo de la Universidad de Río de Janeiro y en la actualidad sigue ampliando sus conocimientos como estudiante del Doctorado en Educación en la línea de la ética de la ciencia, en la Universidad de Lisboa. 

Carlos Augusto Molina

Pero, además de ser un profesional multifacético; Carlos ama la música y el trombón. Su primer trabajo fue como trombonista en una banda de su pueblo paisa y sabe que si no hubiese sido astrónomo sería músico, jazzista, seguro, o historiador, sus dos otras pasiones. 

Su recorrido laboral ha sido amplio, trabajó como profesor de física y matemáticas en el Seminario Menor de Santa Rosa de Osos y después se desempeñó como docente en la Universidad de Antioquia en el área de física – mecánica. Tras permanecer un tiempo fuera del país, regreso hace dos años, para ser director científico del Planetario de Medellín y antes de asumir el liderazgo del Planetario de Bogotá estuvo al frente de la coordinación nacional para Colombia de la Oficina para la Divulgación de la Astronomía - OAO de la Unión Astronómica Internacional.

Con todo su bagaje profesional, Carlos se perfila como un hombre proactivo, con una visión muy social de la ciencia, donde aterriza los conceptos científicos pensando que sea funcional para todos, no solo para un grupo de expertos. Entre sus metas está potenciar el Planetario de Bogotá como un referente de la comunicación y la apropiación social de la ciencia a nivel nacional.  

“El mejor trabajo para mí es el de comunicador de las ciencias, eso en varios sentidos, trabajo con la docencia universitaria, pero también he tenido la oportunidad de trabajar en divulgación de la ciencia, específicamente en divulgación de la astronomía, entonces creo que eso ha sido como lo que más me ha inspirado durante mi carrera, poder comunicar la ciencia”. Lo dice destacando que el Planetario de Bogotá es otro de sus mejores lugares para trabajar.

No resulta de la nada que Carlos sienta tal vocación por comunicar la ciencia y hacer que esta sea alcanzable para los ciudadanos y no solo para un grupo de expertos, él tiene su referente y modelo a seguir, una persona que impactó su carrera y significó mucho para la misma, su profesor Alonso Sepúlveda Soto. “El me influenció mucho y marcó mi carrera, porque a través de sus clases siempre construyó puentes entre la teoría y lo que simbolizaba lo formal y la forma de contarlo, la forma de inspirar, de hablar y transmitir el conocimiento de una manera clara y bella”, anota. 

Hoy tiene a su cargo un escenario muy importante para la ciudad de Bogotá y ofrece su liderazgo para hacer de este espacio un lugar muy cercano para la comunidad, que tenga presencia en las localidades y genere diálogos amplios con la ciudadanía, desde la voz de los expertos. 

Para Carlos Augusto Molina es importante plasmar la astronomía como una ciencia multicultural en la que confluyen saberes y relatos a muchas voces y es un fiel convencido de que esta ciencia  pone al ser humano frente a su lugar en el universo, brinda esa idea de construcción cultural, y muestra cómo a través de siglos, la humanidad ha consolidado un conocimiento que le permite predecir, que le permite soñar, que le permite inspirarse para otros estudios, para ir más profundo en el conocimiento. Por eso está seguro de que la astronomía es sobre todo una ciencia cultural e inspiradora y parafrasea una cita de la Unión Astronómica Internacional, “hemos creado muchos relatos, pero todos bajo un mismo cielo”.

Por Lina Vásquez