Cinemateca de Bogotá
Crónicas

La pasión del cine deportivo

El Cine y yo es una iniciativa donde personajes de diferentes campos dialogan sobre las películas que los han influenciado.

A propósito de la nueva sesión del 16 de julio con el exfutbolista colombiano Willington Ortiz, reconocido delantero de los años 70 y 80, quien ha sido catalogado como el mejor futbolista colombiano del siglo  y considerado uno de los 20 mejores futbolistas sudamericanos del siglo XX, hacemos mención de algunas historias que hablan del vínculo del cine con el deporte. 

Poco se conoce de la relación del cine y el deporte, a pesar de que llevan un matrimonio largo y afortunado. Se dice, de manera simbólica que el año 1894, en la ciudad de París, mientras el Congreso Internacional de Educación Física se reunió en la Universidad de París, también conocida como la Sorbona para decidir la constitución de los Juegos Olímpicos contemporáneos, los hermanos Auguste y Louis Lumière soñaban con la creación del primer cinematógrafo. 

Las primeras obras cinematográficas fueron de género documental, dedicadas a los Juegos Olímpicos, encuentros de hípica y remo, en los inicios del cine en la Gran Bretaña con las películas The Derby (1896) y Oxford-Cambridge Boat Race (1899).

Las primeras imágenes en movimiento sobre el deporte, además de su gran valor documental, han servido como recurso didáctico para analizar la evolución de especialidades deportivas. Así mismo, las primeras imágenes en video aportaron de manera científica, en especial en los deportes en los que la enseñanza requiere mayor técnica, como la gimnasia. 

A medida que se fue consolidando el cine, el deporte empezó a formar parte de innumerables historias. Los protagonistas con rol deportivo empezaron a tomarse la gran pantalla, boxeadores, pilotos de carreras y futbolistas, entre otros. 

Entre los primeros grandes maestros del cine,  está Charles Chaplin, quien en 1915 realizó el cortometraje Charlot boxeador o Buster Keaton quien  llegando a la década de los años 20, presentó El último round (1926) protagonizada por él mismo, una historia sobre el boxeo que muestra grandes escenas de entrenamiento y refleja la adrenalina que se vive en el ring. 

A la lista se suma  la película El colegial (1927) dirigida también por Keaton, catalogada como una obra maestra del cine mudo, que resalta deportes como el béisbol, el atletismo y el remo. 

Entre otras películas destacadas en la historia, están Carros de fuego (1981) dirigida por el británico Hugh Hudson en la que dos jóvenes corredores de diferentes clases sociales se entrenan con un mismo objetivo, competir en las Olimpiadas de París de 1924, Un domingo cualquiera (2000) de Oliver Stone, protagonizada por Al Pacino y Cameron Díaz, se destacó en su momento por mostrar un ángulo diferente del fútbol americano, desnaturalizar el hecho deportivo cuando se convierte en solo actividades de consumo.

En Colombia, no somos ajenos a la tendencia, y hemos  contado, también, este tipo de historias, no podemos olvidar los clásicos del cine como Golpe de estadio (1998) dirigida por Sergio Cabrera, con tono de humor,  la película muestra cómo la policía y la guerrilla pueden convivir durante un partido de fútbol. Todo sucede en un pueblo donde solo hay un televisor. Ello obliga a todos sus habitantes¸ incluida la guerrilla¸ a compartirlo y a observar en ese único aparato los partidos de la Selección Colombia durante un campeonato mundial de fútbol. Esta pieza cinematográfica, querida y recordada por los colombianos, mostró cómo el fútbol puede tener un impacto unificador.  Tres años más tarde, La pena máxima, una comedia de Jorge Echeverri (2001) narró la historia de Mariano y Saúl, dos hinchas que muestran la pasión desbordada que tienen por la selección Colombia.

Entre otros títulos, esta Bola´etrapo (2013) de Guillermo Iván, cinta que nos sumerge  en la vida de La Nutria, el capitán del equipo local, quien demuestra que el fútbol no es solamente gloria, que no es solo la cancha,  es todo lo que pasa alrededor y El Piedra, del director cartagenero Rafael Martínez, que nos invita acompañar a Reynaldo -El Piedra- Salgado, un boxeador Cartagenero que se gana la vida trabajando como “carnada”: pelea sin tener ninguna posibilidad de ganar. Un día aparece Breyder, un niño de la calle que dice ser su hijo y que quiere ser boxeador. Padre e hijo aprenderán a convivir. Reynaldo encontrará a alguien que lo hará sentir valioso de nuevo y Breyder aprenderá a admirar al padre que hace sacrificios y no al supuesto campeón. Una mirada diferente al deporte de las narices chatas: no a las estrellas, sino a la clase media; no al héroe, sino al trabajador; no al ídolo, sino al hombre.

La fortaleza de Andrés Torres, este reciente documental que acompaña a los hinchas del Atlético Bucaramanga a perseguir a su equipo por todo el país, dejando a sus familias y arriesgando la vida si es necesario. Para las barras bravas se sobrepasa el amor a la camiseta y la euforia que ese deporte produce en los hinchas.

Este tipo de historias muchas veces no terminan en victoria. Sin embargo, invitan a reflexionar a los espectadores, a identificar la lucha diaria que tienen los seres humanos por salir adelante, por cumplir sus sueños y objetivos, y el deporte es una herramienta social para la unión entre las personas.

*Fotograma BTS película La fortaleza.