Crónicas

Mohana: 20 años seduciendo con la danza

En una nueva entrega de Sesiones de La Torre, La Escuela Mohana pondrá a bailar al público bogotano a ritmo de música africana y andina.
Escuela de Formación Mohana, en Sesiones de La Torre
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En la costa Atlántica colombiana, particularmente en los departamentos de Sucre y Córdoba, es bien conocida la leyenda de La Mohana, una mujer de cabellos largos hasta los pies, que asciende desde el fondo de las aguas en las ciénagas y los ríos de esta región para atrapar incautos. Los más experimentados les advierten a los pescadores más jóvenes que quien se deje cautivar por su belleza y ose mirarla a los ojos será arrastrado hasta lo profundo de las aguas y allí perecerá. 

“Lo mismo pasa con el folclor colombiano: si usted no lo conoce, le es indiferente. Pero cuando lo conoce, el folclor lo seduce, lo atrapa y no lo suelta nunca más”, dice Arnedis Racero, líder de la Escuela de Formacion Folclórica Mohana, al explicar el origen del nombre de ese proyecto cultural, que se ha encargado desde hace más de 20 años de ofrecer una formación integral en danza y música a jóvenes provenientes de diversas latitudes de nuestro país.

La escuela nació en 1999 en el centro cultural del barrio El Porvenir, uno de los más vulnerables e inseguros de Cartagena. En principio, estaba conformada por nueve jóvenes que vivían allí, a quienes conoció Racero, su líder, en un taller comunitario que entonces adelantaba el Banco de la República. Durante ese primer año, la escuela le apuntó al desarrollo de las danzas afrocolombianas, que se convirtieron en su sello y su mayor habilidad. Esto quedó constatado en el año 2000, cuando la Escuela Mohana llevó a cabo su primera presentación en el Carnaval de Barranquilla, donde fue merecedora del cuarto lugar del desfile, entre 242 agrupaciones participantes. 

Nada mal para ser su primera experiencia. El año inmediatamente después hubo cambio de gobierno en Cartagena, y el Centro Cultural Las Palmeras dejó de ser la sede principal de ensayos.  Así las cosas, en 2005, Racero, junto con ocho jóvenes de la incipiente agrupación, tomaron la decisión de mudarse a Bogotá, con la idea de probar suerte con su proyecto y hacer visible su trabajo en diversos escenarios de la capital. Se radicaron en la localidad San Cristóbal, al sur de la ciudad, pues Racero conocía a un comandante de la policía comunitaria de la zona. 

Para financiarse, hicieron trabajos con la Universidad Nacional, diseñaron talleres para diez localidades de Bogotá y se apoyaron en el agente de policía, quien, además de conseguirles un lugar dónde vivir gratis, transportaba a los jóvenes bailarines vestidos de folclor, por diversas plazas de mercado, como la del 12 de Octubre, el 7 de Agosto y el Quirigua. Por medio de su megáfono, el policía invitaba a la comunidad a que apoyara económicamente la muestra de baile y la música que hacían los muchachos en el platón de su patrulla. Sin duda, fue un gran aliciente para sobrevivir en la gran metrópoli de Bogotá. 

De hecho, fue el comandante quien los presentó con personas de la comunidad que también se dedicaban a la danza y la música, con quienes la escuela comenzó a desarrollar iniciativas artísticas. Algunos de los que se quedaron viajaron desde Cartagena, varios habitantes del sector también se unieron al proyecto y, al final de ese año, ya eran 50 personas las que hacían parte de la Escuela de Formación Folclórica Mohana. 

A lo largo de estos 20 años de arduo trabajo, en los que han tocado puertas en diversos espacios públicos y privados, La Mohana ha logrado participar en escenarios como Expocomer en Ciudad de Panamá (2003), el Circuito Costero Sur en Venezuela (2009), y el Festival Tierra del Sol en México (2017), donde fueron merecedores del premio a mejor espectáculo folclórico, entre 12 agrupaciones de Latinoamérica. Además de eso, han participado en diversas convocatorias distritales, como Colombia al Parque (2008) y Circulación de ensambles para comunidades afrodescendientes; de la que fueron ganadores en 2019 con la obra Palenqueando

En Colombia, la agrupación cartagenera se ha presentado en algo más de 40 municipios de Cundinamarca, el Festival del Currulao en Tumaco, las Fiestas del 11 de noviembre en Cartagena; cinco veces en el Festival del Porro de San Pelayo, el Festival del Bullerengue en Puerto Escondido e hizo parte de la delegación cultural que representó al Caribe colombiano en los diálogos de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las Farc, en Los Pozos, San Vicente del Caguán.  

Desde su fundación, el objetivo principal de la Escuela Mohana ha sido el trabajo comunitario, más allá de la monetización. Por eso han tratado de apuntarle al trabajo cooperativo, a las alianzas y los intercambios culturales, que les ha permitido desarrollar trabajos con 36 niños, (a quienes no les cobran), 26 jóvenes y 54 adultos mayores, con quienes han continuado trabajando, dada la coyuntura, a través de la virtualidad.

De acuerdo con Arnedis Racero, director del proyecto, el trabajo en la Escuela de Formación Folclórica Mohana no para. Por esa razón, en alianza con el Escenario Móvil Armando de La Torre del Idartes, llevarán a cabo el próximo 27 de mayo a las 4: 00 p.m. una presentación, que estará disponible en la web www.idartesencasa.gov.co  En esta nueva entrega de Sesiones de La Torre, La Mohana pondrá a bailar al público bogotano a ritmo de música africana y andina, muchos colores y un ambiente carnavalesco. 

Por: Sebastián Hernández Noreña
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