Literatura en situaciones de opresión, violencia y dificultad
Quienes conforman la Fundación tienen algo en común que trasciende que estén en condición de discapacidad, o que hagan parte de otro grupo poblacional categorizado como en situación de vulnerabilidad. A los integrantes los une la urgencia de comunicar un mensaje, así como la necesidad de encontrar un canal, y que este medio sea el arte, específicamente la literatura.
La Fundación Farenheit 451 nació bajo la premisa de ayudar a que las personas que habitualmente no pueden expresarse “se conviertan en narradores de su propia historia”. Este propósito lo logran a través de metodologías que usan las escrituras creativas y la oralidad. Con ellas problematizan sus experiencias de vida y crean. Hacen literatura.
Resulta importante conocer los inicios de esta organización pues, como en la literatura, Javier Osuna, Mauricio Díaz y Sergio Gama vivieron un momento de inflexión hace casi catorce años. El evento involucró la muerte de un estudiante colegial a manos de una pandilla. Se trató de un estudiante promesa para la institución educativa, también para la comunidad. El hecho, desde luego, generó una conmoción entre el grupo de amigos y amenazó con debilitar los tejidos y redes de afecto constituidos en el plantel educativo.
En aquel entonces Osuna, Díaz y Gama eran estudiantes universitarios y uno de ellos tomaba la asignatura de comunicación para el desarrollo. Estaban en un colegio de la localidad de Bosa adelantando un concurso de cuento y poesía, a la vez impartiendo talleres de sensibilización a la creación literaria. El día del hecho, desestabilizados, pensaron en suspender las clases de escritura, sin embargo y por recomendación de maestros del colegio buscaron mantener ocupadas las cabezas de los jóvenes.
En la sesión de trabajo se escribieron versos y párrafos que se recibieron luego en el concurso. Muchos de ellos estuvieron influenciados y dedicados a la memoria del compañero muerto. A partir de esta experiencia práctica “entendimos que la literatura tenía un sentido social y que podía transformar”, afirma Osuna, quien hoy es el director ejecutivo de la Fundación Fahrenheit 451.
Sus públicos y proyectos
La Fundación Fahrenheit 451 es una organización sin ánimo de lucro que trabaja con personas en condición de discapacidad (El despertar), jóvenes víctimas de reclutamiento forzado (Les di la mano, tomaron la piel), adultos mayores (Historia en Yo mayor), personas privadas de la libertad (El vigía), jóvenes de escasos recursos y habitantes de calle (Oídos del camino).
Johana Hidrobo es licenciada en educación especial de la Universidad Pedagógica Nacional. El momento en que conoció a la Fundación coincidió con que “sentía la urgencia de narrar la manera en que los niños viven la guerra”, afirma. A partir de una experiencia personal y a través de Fahrenheit 451 Johana inició su proyecto Conduciendo a ciegas y a través de él empezó a escribir cuentos para niños.
El 29 de junio de 2020 con el apoyo del Instituto Distrital de las Artes - Idartes y la Gerencia de Literatura la fundación lanzará Sin barreras, concurso de cuentos para personas en situación de discapacidad visual, auditiva y cognitiva, el cual abre las puertas a diferentes maneras de crear y experimentar la literatura, pues la población con discapacidad auditiva narrará sus cuentos a través de videos y utilizando lenguaje con señas .
A propósito del concurso “los relatos ganadores se cargarán a una página de Internet que continuará alimentándose con contenidos elaborados por los participantes”. Sin barreras será el primer concurso de cuentos que suma diferentes tipos de discapacidades en el Distrito, y en su marco de desarrollo se dictarán talleres de sensibilización en narrativa de cuento para estas poblaciones.