La música de los llanos se sintió en la Feria del Libro
Corría el décimo día de la Feria Internacional del Libro en Bogotá que llegaba a su versión 30, un evento que le da cabida no solamente a las letras, también a lo mejor de la movida artística del país. La carpa Arcadia, uno de los espacios más visitados por estos días, estaba siendo acondicionada para recibir bajo su techo a un grupo del programa Crea del Instituto Distrital de las Artes – Idartes, que dejaría extasiado hasta el más despistado de sus visitantes: Ensamble Llanero.
El bus que llevaba a los músicos, bailarines y cantantes que se presentarían a las 2:20 de la tarde en Corferias, estaba transportando no solamente el talento humano, también los nervios y la ansiedad hacían parte de esta aventura, como también estaban presentes los gritos, las risas, las oraciones.
“Siento muchos nervios, los nervios son algo que siempre se va a tener por mas que lleve 20 o 30 años en la música, siempre voy a tener nervios, esto es lo que a uno le gusta”, comentaba entre risas Luisa Fernanda Cuervo Sánchez de 22 años, quién hace parte del Programa Crea del Instituto Distrital de las Artes – Idartes.
El Ensamble Llanero se había preparado durante semanas para presentarse en uno de los eventos culturales más importantes de la capital colombiana, y ellos harían parte del libro que se escribiría de esta versión.
El bus llegó al recinto ferial, las manos sudorosas y los latidos del corazón estaban a mil; vestidos de camiseta negra y pantalón negro se dirigeron caminando hacia la carpa Arcadia que ya los esperaba, cada uno de ellos con su instrumento en mano, empoderados y con la cabeza bien en alto. 14 niños y jóvenes acompañados por su maestro Juan Carlos Contreras, director artístico de Ensamble Llanero, tarareaban y ensayaban con sus manos desnudas las canciones a medida que se iban acercando a su escenario.
Este grupo de joropo urbano, nació en octubre de 2014, una fecha memorable, que hoy llega a la mente de varios de sus integrantes, un colectivo que se enfocó en el trabajo de las músicas tradicionales de los llanos colombo-venezolanos, gracias al gusto no solamente por sus hermosos paisajes, su ganadería o por su típica gastronomía, el amor principalmente por el cuatro y la bandola estos instrumentos que representan el joropo serían ese imán que los uniría a todos.
A las 2:18 p.m. con asistencia completa, anuncian a Ensamble Llanero… Sonaron las bandolas, los cuatro, el bajo y el mágico sonido de las maracas que transportan a los llanos, música interpretada por niños y jóvenes bogotanos, que sienten por su cuerpo como circula velozmente la adrenalina, una inyección que los impulsa a tocar sus instrumentos como un verdadero llanero lo haría.
Temas como Gaván, El Pollo, Cantadas Colombia, El negro José María, Mula – Paloma – Corrido, Sabana y Puerto Carreño serían el repertorio que interpretarían durante cuarenta minutos, 2.400 segundos que desbordarían toda la energía de estos niños y jóvenes a través de la voz, el baile y la interpretación de sus instrumentos. Cada canción, baile y cantada sería interrumpido por los gritos, aplausos y algarabía de las decenas de personas que se encontraban en la carpa Arcadia, bullicio que invitaba a quienes estaban a las afueras, a que entraran y se unieran a esta fiesta llanera.
Los niños hacían parte del público, con sus ojos fijos y sus bocas abiertas mostraban el interés por interpretar las maracas, el bajo, la bandola o el cuatro, o quizás ser uno de esos niños que da vuelta, zapatea y sonríe al bailar. Y es que esta exhibición se ha robado la admiración de todos los presentes.
A las 3:00 p.m. finalizó su presentación, salen de la carpa dejándola repleta de aplausos, a las afueras se abrazan y sonríen, ellos saben que ha sido un éxito su espectáculo. Felipe de Jesús Rodríguez Camargo de 14 años, aún con sus manos temblorosas y emocionado comentó “haberme presentado en la Feria del Libro fue muy chévere por que uno puede mostrar los talentos que cada uno de nosotros tiene, además esto nos ayuda tanto a nosotros como a quienes nos ven a que no se pierda la cultura llanera”.
Escribieron no solamente una página más en la historia de cada uno de los catorce integrantes de Ensamble Llanero, también escribieron una nueva historia para el programa Crea del Instituto Distrital de las Artes - Idartes, una historia llena de sonrisas, amor por el deber cumplido, y es que este programa de formación artística ha cambiado el curso de muchas vidas, le ha dado sentido al día día de estos pequeños artistas.
“El programa Crea es muy importante para mi ya que ha sido un espacio en el que me encuentro con personas que quieren y les gusta tocar música, esto me saca de la cotidianidad, de la ciudad, de la perdida de tiempo, de los medios audiovisuales. He aprendido mucho del folclor de los llanos tanto de Venezuela como de Colombia, mucho de los cantos del trabajo, de la importancia que tiene la música y los encuentros sonoros en las comunidades”, concluyó Sara Isabella Martínez Rey de 21 años, quién agregó “me siento feliz, poco a poco voy tomando mucha más experiencia con diferentes públicos, me hace pensar y sentir que la música si es posible en esta ciudad”.
