El joropo urbano le hizo frente a la lluvia
Una lluvia fuertísima azotaba al Parque El Tunal, donde en medio del agua incesante podía apreciarse la tarima del Escenario Móvil Armando de La Torre, que este 14 de noviembre acogió a Mayelé, un grupo local de joropo urbano, al que no le importó la inclemencia del clima para llevar a cabo su espectáculo ante los escasos espectadores que allí se dieron cita.
Era difícil distinguir entre si ya había empezado el espectáculo de Mayelé o aún seguían en la prueba de sonido. La vehemencia y el compromiso con que ejecutaban su música hacía difícil percibirlo. Doris Arbelaez, líder de la agrupación, hizo una seña para confirmar que el sonido estaba perfecto y que podían empezar.
La agrupación bogotana se bajó un momento del escenario para darle paso a Bmadd, de la academia DNA Music, aliada de estas Sesiones de La Torre. Con él, se empezaron a calentar los motores en el Parque El Tunal, que entonces permanecía encharcado y con una bajísima temperatura. El artista bogotano mezcló sonidos clásicos de la música afro, del house, el hip hop y el funk entre otros.
Con paraguas e impermeables, los ciudadanos del barrio El Tunal comenzaban a congregarse en frente de la tarima. Algunos s tenían que compartir el paraguas, pues habían venido al parque a hacer ejercicio, sin anticipar las inclemencias del clima.
"Me pareció espectacular. Es una música alternativa. Y me gusta mucho el cambio que le dan a la música llanera. Esa versión de joropo urbano es muy buena, además con este frío fue como encender la calefacción", dijo Carolina Castro, asistente del evento.
Luego de unos minutos de mezclar varias sonoridades, finalmente fue el turno para Mayelé. El grupo comenzó con una composición propia, llamada Joropo. Su música hacía que paulatinamente el público olvidara el frío y comenzara a bailar. Las dos arpas que estaban montadas en el Escenario Móvil se convirtieron en el centro de atención; tanto, que los espectadores imitaban la ejecución del instrumento, alentados por la emoción que la agrupación suscitaba.
"El joropo es un universo estético; es historia, es tradición y es territorio. Es una conexión muy profunda", señaló Doris Arbelaez, líder de la agrupación, que ya lleva más de 20 años de trayectoria artística, explorando a fondo las sonoridades de la música llanera.
Los hombres de la agrupación estaban vestidos con pantalón y blazer negros y una camiseta azul oscura debajo, totalmente uniformados. Las mujeres, por su parte, tenían una blusa negra, una flor amarilla y roja a un costado de la cabeza y faldas de colore rojo, azul y amarillo.
"Amamos el joropo tradicional, pero quisimos colorearlo un poco. Por ejemplo, con el sonido del tiple", agregó Arbelaez . Fue el turno ahora para una composición que les habla a los enamorados, titulada A dónde. De acuerdo con Doris, su música le canta a esa frontera compartida con Venezuela, a esa herencia artística común.
"¡Excelente!", se le oyó decir a un hombre entre el público. Al final de la canción, el aplauso se prolongó por varios segundos, acompañado de silbidos y saltos de los espectadores. Arbelaez le habló al público para despedirse y agradecer su presencia y su calidez, a pesar del clima.
"Felices porque llevamos confinados desde marzo. Hemos participado en festivales virtuales, grabando en el estudio de la casa. No nos habíamos vuelto a reunir, así que es una maravilla que Idartes nos abra este espacio. Poderle cantar a la gente cara a cara es lo más satisfactorio para nosotros", concluyó Arbelaez.