Jonathan Gato
Crónicas

El Escenario Móvil lleva la cuentería a su casa

Jonathan Gato, el único comediante malabarista en Colombia, será el primer invitado de Sesiones de La Torre.

Era alguno de esos días en los que hacía malabares. Una de sus tías se quedó viéndolo detenidamente, como hipnotizada. Extrañada, le dijo con ímpetu: "usted parece un gato haciendo esas cosas". Sin proponérselo, recuerda entre risas, ese día su familiar bautizó el que sería su proyecto de vida: el de ser Jonathan Gato.

Jonathan, cuyo apellido de pila es Melo, ha dedicado la mayor parte de su vida a la cuentería y la comedia. Aunque su familia no ha estado relacionada con las artes, desde muy niño mostró un interés particular por contar historias, por la música y en general por las expresiones artísticas. En 2004, decidió estudiar Licenciatura en Educación Artística, en la Universidad Distrital, donde tuvo la oportunidad de tomar un taller de cuentería que le ayudó a definir su camino: “ahí me percaté de que era bueno para eso y que además disfrutaba mucho hacerlo”, comenta Gato. 

Mientras se dedicaba a explorar formatos y a contar historias en escenarios informales de Bogotá, estuvo pensando cómo no dejar de lado otra de sus grandes pasiones: los malabares. De modo que Gato resolvió que su espectáculo no iba a estar centrado solamente en la narración, sino que podría incluir un espacio para los malabares, que harían las historias mucho más atractivas y auténticas. Así nació su sello distintivo: el de ser, hoy por hoy, el único cuentero y comediante malabarista en Colombia. 

Al salir de la universidad, Gato se dedicó a ser profesor de narración oral escénica, así como de técnicas para hablar en público en diversas instituciones educativas de Bogotá. De esa forma encontró un sustento económico, pero también un canal para pulir cada vez más el arte de contar cuentos y personificar seres, cuyas historias estaban mediadas por la cotidianidad, los problemas y los sentimientos que todos en algún momento hemos experimentado.

Luego de años de fogueo y pedagogía en diversos escenarios de la capital, el artista quiso pasar a un siguiente nivel. Alentado por emprender un proyecto nuevo, más sólido, y acabando de estrenarse como papá, decidió que dedicaría su vida a la comedia y no a la cuentería. De acuerdo con lo que él mismo menciona, la comedia permite ser más analítico e incisivo a la hora de hacer reír al público. A diferencia de la cuentería, en la comedia no hay que mantener una estructura rígida de inicio, nudo y desenlace, sino que se es libre de hacer una reflexión profunda, a través del humor, sobre la sociedad en la que vivimos.

Gracias a ese salto que dio hace ya nueve años, el comediante bogotano ha logrado estar en países como República Dominicana, Panamá y Ecuador, y en grandes escenarios de la comedia como el Festival de Cuentería y el Comedy Central Fest, mostrando esa habilidad para contar historias, pero también esa capacidad para reflexionar sobre problemas sociales y heridas emocionales. En países como México, por ejemplo, “reconocen y valoran la capacidad de los colombianos para contar muy bien una historia y combinarla efectivamente con la comedia. Hace parte de nuestra idiosincrasia, de nuestra cultura”, señala Gato. 

En alguna de sus apariciones en el Comedy Fest, específicamente la versión del 2017, le sucedió algo atípico, que además le daría reconocimiento y respeto entre sus colegas. En aquella oportunidad, se les pidió a los comediantes que montaran una puesta en escena en algún espacio no convencional. Es decir, algo diferente de un teatro o de un espacio cerrado. 

Entonces Gato no era muy conocido, por lo que, junto al comediante Checho Leguizamón, decidió tomar la batuta de la petición, en vista de que nadie se animaba a hacerlo. Su formación en calle, propia de la cuentería que comúnmente se hace en Bogotá en lugares como Salitre, la Plaza de Lourdes y el Chorro de Quevedo, les daba una ventaja abismal sobre sus compañeros.  

Pues bien, en plena Ciudad de México, Gato y Leguizamón lograron convocar casi 300 personas que disfrutaron de su puesta en escena en la calle. Sus pares estaban más que impresionados, pues además de ser algo poco tradicional en su cultura, mostraron gran “versatilidad, proyección de voz y cierta mística pseudochamánica, propia de los colombianos para contar historias”. El evento, además de ser un éxito, le dio mucho más reconocimiento y contribuyó a que luego tuviera un lugar en el elenco del canal de Colombia Comedy Central. 

Este artista de 35 años, proveniente de la localidad de Puente Aranda, que además ha compartido escenario con grandes del stand up y la comedia como Nicolás Buenaventura, Crispin Dolot y Primo Rojas, será el protagonista de la primera entrega de Sesiones de la Torre, una iniciativa del Escenario Móvil Armando de La Torre cuyo propósito es descentralizar la oferta cultural de la ciudad y visibilizar propuestas artísticas de las distintas localidades de Bogotá, en las áreas de música, danza, teatro, entre otros. 

Por medio de la web www.idartesencasa.gov.co, el próximo 6 de mayo a las 4: 00 p.m.,  las familias bogotanas podrán disfrutar de esta propuesta artística novedosa, con una escenografía que hace alegoría a la localidad de Puente Aranda, en la que Jonathan Gato compartirá con el público un cuento que intenta sensibilizar sobre la tenencia responsable de los animales y pretende derribar mitos alrededor del gato negro y la mala suerte.

Por Sebastián Hernández Noreña 

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