Clara Camacho artista formadora del programa Crea
Crónicas

Detrás del telón del aislamiento obligatorio

Dejar atrás conductas nocivas puede ser uno de los insospechados impactos positivos de la medida de aislamiento obligatorio.

 

Cuando un padre de familia que solía solucionar los problemas con violencia, le dijo a Clara Camacho que había aprendido a entender a su hijo gracias a que ahora pasaba más tiempo con él, la artista formadora del programa Crea sintió que todos los esfuerzos que estaba haciendo para continuar con sus clases de teatro en la virtualidad, tenían sentido y mostraban sus frutos. 

En aquella ocasión, Clara había propuesto un trabajo en apariencia sencillo: plantear una solución a una situación hipotética, pero de los muy variados ejercicios que recibió como respuesta, hubo uno que le llamó especialmente la atención.

El eje central del ejercicio podía parecer genérico y común: un niño tomaba el celular de su padre - quizá para jugar o ver algo en una plataforma multimedia-. Sin embargo, en un desenlace marcado por la mala suerte, con un gesto torpe y sin premeditar, el pequeño rompía el teléfono. 

“El padre de esta historia, plantea que la manera de solucionar el conflicto era golpear al niño. No obstante, recapacita y dice: ‘no, hay que dialogar con el niño, porque una cosa material se recupera, pero mi hijo y su cariño, no’”, cuenta la artista formadora Clara Camacho, quien además admite que se sintió profundamente conmovida por la reacción del padre. 

La historia está inspirada en hechos de la vida real. Según le confesó después el padre a la Clara Camacho, él solía ser un hombre violento, pero gracias al tiempo en familia que ha compartido durante la medida de aislamiento obligatorio para hacerle frente a la emergencia por COVID-19, ha tenido la posibilidad de acercarse a sus hijos y reflexionar sobre su modelo de crianza. 

“He entendido más el mundo de ellos, los he escuchado más y a través de las clases de artes he encontrado la manera de explicarles a mis hijos sin necesidad de gritarles”, admitió el padre de familia ante Clara Camacho. 

La artista formadora no niega que cuando cosas de este tipo suceden, no puede evitar sentir el sabor del triunfo. “Fue magnífico, uno como artista formador dice: la logré”, añade Clara.

Y es que no ha sido fácil, desde que se adoptaron las medidas para mitigar el riesgo y controlar los efectos del COVID-19, los artistas formadores han tenido que adaptar sus programas académicos al espacio virtual con el fin de garantizar la continuidad de los procesos de formación en la ciudad.

“El trabajo ha sido de reaprendizaje, porque de la presencialidad a la virtualidad, ha sido un cambio en principio un poco caótico”, confiesa Clara.

Para esta artista formadora en teatro, la mutabilidad de la enseñanza de esta disciplina artística, implicó replantear la estructura de sus cursos. “Ha sido tomar temas que a veces pasa uno por alto en las clases (…) manejar cómo ve el niño desde la virtualidad la creación de un personaje e involucrar a las familias, porque ahora el papá es actor y la mamá diseñadora de vestuario”, comenta Camacho. 

Así, historias como ésta, parecen mostrar insospechados impactos positivos de la medida de aislamiento obligatorio. 

“Desde que nos tocó lo de pandemia, pensamos en cómo hacer que los niños jugaran con sus papás, ya que muchas veces los papás no están muy enterados de lo que está haciendo el niño en aula. Incluso, muchas veces los niños manifestaban que se la pasaban mucho tiempo con las abuelitas, con los hermanitos… y ver que los papás ahora se integraron a este mundo, ha sido para mí un logro muy grande”, admite clara.

Incluso la artista formadora comenta que generar espacios artísticos que involucran a los padres, ha traído consigo la sorpresa de que los progenitores son mucho más creativos de lo que suele pensarse. 

Otro de los impactos positivos que ha traído estos meses de aislamiento, es que a través de la virtualidad “se puede conocer a los niños de otra manera. En el colegio uno puede creer que el hogar de los niños es de cierta manera, pero puede que no sea así. Cuando el niño se convierte en un director y nos deja entrar a su casa, vemos cómo está conformada su familia”, explica Clara Camacho.

No obstante y pese los grandes logros, no niega los grandes retos que le ha implicado esta contingencia. “Cuando estás en la parte presencial, tienes la posibilidad del contacto físico desde la parte motriz. En la virtualidad yo le puedo decir a mi alumno: ‘párate de manos’ y la manera como el niño se para de manos y lo que yo esperaba que hiciera, puede ser diferente”, explica Camacho. 

Finalmente, con la mira en el futuro, la artista formadora cree que todo lo aprendido en esta época y las herramientas que se usen para afrontar la pandemia serán de vital importancia más adelante. “Es un momento de aprendizaje. Tenemos que aprender muchas cosas porque al salir nos vamos a enfrentar a otras cosas nuevas y tenemos que estar muy abiertos a estas coyunturas”, finaliza Clara Camacho. 

Sobre los centros de formación Crea

El programa Crea, del Instituto Distrital de las Artes – Idartes, genera procesos de transformación social a través de programas de formación en artes y del fortalecimiento y desarrollo de capacidades artísticas, ofreciendo mejores oportunidades de vida para todos los ciudadanos.

Ante la emergencia Sanitaria frente a COVID-19, el programa Crea, que atiende a ciudadanos de 18 localidades de Bogotá, está desarrollando sus procesos de formación en Crea en casa, un aula virtual creada para darle continuidad a las actividades del programa, y que se habilitó para que toda la ciudadanía pueda acceder a estos espacios desde casa. A través de esta plataforma los artistas formadores acompañan las experiencias artísticas y la construcción y el fortalecimiento de proyectos de vida en torno al arte.