Crea Cantarrana Foto de José Ricardo Rodríguez
Crónicas

Cómo enseñar a distancia cuando el acceso a internet es limitado

Las dificultades para acceder a internet no han sido un obstáculo para que el programa Crea continúe con sus procesos de formación artística

Con el fin de dar continuidad a sus procesos de formación, el programa Crea del Instituto Distrital de las Artes – Idartes, implementó Crea en Casa. Un aula virtual que en lo corrido del 2020, ha recibido más de un millón de visitas, provenientes de 120 ciudades de todo el país.

Sin embargo, los ambientes virtuales de aprendizaje no son una posibilidad para todos. Garantizar el acceso a computadores o dispositivos con acceso a internet, es actualmente uno de los mayores desafíos de la educación en línea.

Así que, durante la medida de aislamiento obligatorio para hacerle frente a la emergencia por COVID-19, el programa Crea ha puesto distintas alternativas de acceso a la formación artística, en manos de personas que han eliminado el tiempo y la distancia como un obstáculo para enseñar y aprender.

Este es el caso de Franklin Herrera Cárdenas, artista formador del área de teatro en el Crea Cantarrana. Este centro de formación se encuentra ubicado en Usme, localidad que incluye extensas zonas rurales separadas del casco urbano principal de Bogotá.

El artista formador se excusa con sus colegas cuando afirma que “Cantarrana es el Crea más maravilloso de la ciudad”, pero es que para Herrera, precisamente el paisaje campesino de la zona y la amplitud de las instalaciones, permite que la creación artística se desarrolle de manera más libre y creativa.

Las clases de teatro de Franklin, solían ser los martes, y los recorridos de más de 40 minutos de su casa al Crea, eran motivados por ver a los pequeños de cuarto grado “proponiendo y promoviendo lo que querían ver en las clases”.

Así que ahora, estar en casa frente a un computador por más de seis horas diarias, ha significado un gran desafío para Herrera. “Ha sido muy complejo estar todo el día conectado cuando el goce más interesante es estar todos juntos en Cantarrana, construyendo, inventado… lo que los chiquitines ofrecen no lo cambio por nada”, añade el artista formador.

Sin embargo, reconoce que durante estos cuatro años de trabajo para el programa Crea, ha notado que las nuevas generaciones se encuentran más interesadas en las manifestaciones artísticas. “Los niños han comprendido que el arte hace parte de la vida de ellos, creo que los niños están empezando a asumirlo. De hecho cuando uno habla con los chicos, ya la posibilidad de pensar en ser artistas y está entre la baraja de carreras que se va a tener”, dice Franklin.

Y es que precisamente por el inmenso entusiasmo de los jóvenes, ni las medidas de aislamiento obligatorio, ni las dificultades para acceder a internet y computadores en el área rural, han impedido que los talleres de teatro del artista formador continúen sin interrupciones. 

“En este momento se están haciendo guías con la organización OACA (que son cinco escuelas de la zona rural). Se hacen unas guías pedagógicas que incluyen no sólo teatro, sino las otras áreas y se les hacen llegar al colegio y ellos las distribuyen en la zona rural”, explica Franklin Herrera.

Para el artista formador, diseñar estas herramientas ha implicado una amplia consciencia de a quién están dirigidas, pues no se busca que parezca una aburrida tarea o un quehacer más. Todo lo contrario, se espera que se sean dinámicas e inspiren a los pequeños a crear en aislamiento.

Para ello, Franklin tiene dos reglas siempre presentes: una, el lenguaje usado debe ser especialmente pensado para el trabajo con niños y dos: nunca dejar de lado la practicidad, para que con pocos pasos, los pequeños puedan logra el objetivo propuesto.

Los resultados, han sido satisfactorios. “Los niños están haciendo composiciones artísticas, canciones, poemas, títeres y nos retroalimentan. Ellos nos envían videos y la están pasando muy bien. De hecho, la semana pasada nos llegaron videos de ellos haciendo personajes con los vestuarios que tenían en la casa y se les notaba la alegría y la emoción”, explica Herrera, quien habitualmente recibe esta información vía WhatsApp.

Para Franklin, que el programa Crea tenga oferta de formación artística en la zona rural de Bogotá, garantiza y potencia el ejercicio libre de los derechos culturales de todos los ciudadanos y, por esta misma razón, es de vital importancia garantizar la continuidad de los procesos  creativos teniendo en cuenta las particularidades de cada territorio.

“Es importante entender que la ruralidad hace parte de la ciudad (…) muchas veces cuando uno está allá, los habitantes hablan de: ‘vamos para Bogotá’ y ellos también soy Bogotá. Ellos tienen el mismo derecho y la misma necesidad artística, social y cultural de comprenderse, entenderse y ser parte de esta gran ciudad y de entrar lógicamente en el ejercicio de sus derechos”, finaliza el artista formador.