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Crónicas

El arte del movimiento se multiplica en los territorios

Siete jóvenes asumen el reto de llevar el conocimiento y la práctica artística a las comunidades. Esto es parte del proceso…

Cuatro jornadas, alrededor de ocho horas de transmisión en vivo, tres curadores y un equipo de producción tras bambalinas; más de 500 personas conectadas a través de las pantallas y otras 35 que, luego de semanas de trabajo, se enfrentaban a la última etapa del proceso para convertirse en multiplicadores de la danza. Su misión era demostrar cómo llevarían los diferentes lenguajes dancísticos a las localidades de Bogotá, para aportar al fortalecimiento de las comunidades a través del arte del movimiento.

Era el viernes 5 de junio, el primer grupo de bailarines se preparaba para la entrevista final; pero antes, los tres curadores habían participado en jornadas de socialización acerca de los lineamientos de Orbitante, la plataforma de danza del Instituto Distrital de las Artes – Idartes que, con este proceso, buscaba seleccionar a los bailarines multiplicadores del año 2020; fueron arduas jornadas de trabajo donde también se revisaron los criterios para evaluar cada una de las tareas de los aspirantes.

Yudy Morales es bailarina, coreógrafa, docente y una de las curadoras de esta historia. Con su aún marcado acento cubano, recuerda las conversaciones que mantenía junto con Michele Cárdenas y Francisco Hinestroza, sus colegas en este ejercicio, para definir claramente la perspectiva sobre la cual seleccionarían a los multiplicadores. Sus aportes desde los tres diferentes lenguajes dancísticos en los que se especializan, y el arte del movimiento como tronco común del proceso, fueron claves para dar inicio al encuentro.

Eran las dos de la tarde, momento de la primera transmisión. Sebastián Zarate, uno de los jóvenes aspirantes, destaca el hecho de hacer pública la selección dando mayores garantías a los participantes y a toda la ciudad. Desde hace varios meses, Sebastián venía trabajando en el proyecto Docabtavi que viene de la pregunta ¿Dónde cabe tanta vida?, para permitir a las personas reencontrarse, redescubrirse y generar vínculos de apoyo a través del arte, desde prácticas orientales como la danza Odissi, clásica de la india; el género contemporáneo, el yoga y las técnicas de canto y meditación, entre otras. 

Esta fue su propuesta para ser multiplicador y aunque no quedó seleccionado, celebra esta oportunidad que visibiliza al gremio de los bailarines y da un impulso a su labor artística que comenzó hace seis años, cuando decidió enfocarse de lleno en la danza, luego de estudiar teatro en la Academia Superior de Artes de Bogotá – ASAB. De este proceso, Sebastián se lleva los momentos, la gente y el compartir; para él, la diversidad artística que encontró es valiosa para entender que los cuerpos se piensan diferentes y que, en esta coyuntura de encierro, se puede volver a los escenarios de una manera distinta.

Algo parecido piensa Yudy, quien aceptó la invitación a participar en este proceso por la responsabilidad que implica y la experiencia de realizar esta labor, que ya venía haciendo desde el Banco de Jurados del Programa Distrital de Estímulos del Idartes, pero que ahora sería de manera virtual. Para ella, aunque la génesis de la danza es el contacto, es compartir cuerpo a cuerpo y desarrollar un proceso de comunicación desde lo sensorial; es también una práctica que permite, con la virtualidad, conocer el cuerpo en movimiento desde otras ópticas y diversos canales.

Y así pasaron las horas de selección hasta el sábado 6 de junio, entre presentaciones innovadoras, entrevistas, aportes de los curadores y mucha camaradería. Fue, como recuerda Yudy, una relación tranquila y cordial, un trabajo de pares que evidencia el talento de los bogotanos y pone sobre la mesa el desarrollo artístico que han logrado muchos de sus estudiantes, con quienes se reencontró en estas transmisiones. Es, señala, muy gratificante ver que los jóvenes de la ciudad quieren incidir con su capacidad creativa y pedagógica en el desarrollo de las comunidades a través de su proceso de multiplicación.

Y eso es precisamente lo que quiere hacer Anyi Hernández, una mujer de 23 años residente en la localidad de Suba, que forma a niños, niñas y jóvenes a través del break dance y el grafiti. Con su proyecto, que fue uno de los seleccionados como multiplicadores de la danza en Bogotá, busca que cada día más personas encuentren en la danza una oportunidad para proyectarse y, no menos importante, para aprovechar su tiempo libre en espacios de arte; así como lo ha hecho ella desde que comenzó en el mundo de la danza hace una década, decisión que hasta el momento le ha dejado importantes reconocimientos y valiosas oportunidades en Colombia y en otros países que ha tenido la oportunidad de conocer por su labor artística.

Su agrupación Carpe Diem Breaking se proyecta como pionera en mezclar el baile con el grafiti, es decir, hacer que un montaje coreográfico no se quede solo en la escena, sino que también se plasme en obras artísticas que puedan ser expuestas en museos o casas culturales de la ciudad. Para eso, sigue adquiriendo conocimiento como bailarina y artista plástica, al tiempo que busca nuevos espacios para dictar sus talleres e impactar cada día a un mayor número de personas con el apoyo de Orbitante, a donde hoy pertenece como multiplicadora, luego de un largo proceso que la mantuvo siempre en expectativa por su deseo de ser seleccionada.

Junto con Anyi Hernández, el equipo de bailarines multiplicadores 2020, quedó conformado por Yeison Celis, Vanessa Henriquez, Wilmer Jiménez, Oscar Suárez, Jeimmy Ruíz y María Elvira Zamora. Ellos, al igual que los demás aspirantes, tienen mucho que aportar al desarrollo de la ciudad desde las diferentes vertientes de la danza. Fue una evaluación muy difícil, asegura el equipo de curadores, lo que evidencia que las manifestaciones del arte y la cultura despiertan esas capacidades humanas de los artistas y creadores en beneficio de la sociedad.

Muchos talentos se despertaron, otros se descubrieron y aquello que estaba oculto salió a la luz. Ahora, los multiplicadores enfrentan el gran reto de impactar positivamente en el desarrollo de las comunidades a través de la danza y con el apoyo del Idartes; y lo que no pudo ser dicho en esta presentación, se reafirmará con el tiempo en los territorios...

Por Yeimi Díaz Mogollón