El pasado 20 de mayo finalizó el laboratorio virtual Nexo-Plural, el cual estuvo a cargo de Paula Ronderos, historiadora y geógrafa. A lo largo de cinco sesiones, los equipos participantes, conformados por núcleos familiares -padres, niños y niñas- conocieron y dialogaron sobre el concepto de simbiosis y lo fundamental que es para la evolución biológica. Este espacio tuvo una particularidad, y consistió en que los grupos no solo estaban conformados por adultos, sino por por niños, niñas, padres y madres, lo cual permitió un espacio único de discusión. 

En las sesiones, que fueron realizadas por Telegram, plataforma de mensajería instantánea, de manera asincrónica, permitiendo tiempos de trabajo autónomos para cada uno. Los equipos multigeneracionales reflexionaron sobre qué es la vida y cómo surgió en el planeta. 

El laboratorio se desarrolló mediante una metodología basada en ‘crear para aprender y aprender para crear’, donde se les propuso a los equipos explorar en conjunto el libro Planeta Simbiótico, de la bióloga Lynn Margulis, y así partir de sus temáticas para crear el juego Planeta Simbiótico, cuyo objetivo plantea una aventura conversacional sobre este libro para que niños, niñas y padres exploren e interactúen con ideas relacionadas a la simbiosis.

Así mismo partiendo de este libro, se exploraron los principales aspectos de la Teoría de endosimbiosis seriada, el proceso de evolución de células eucariotas a partir de una simbiosis permanente entre distintas bacterias de células procariotas. La imaginación científica y el pensamiento crítico y creativo fueron fundamentales para el desarrollo de este laboratorio, pues les permitió a los participantes formularse preguntas sobre su cotidiano vivir, la vida en el planeta, así como el desarrollo de este juego, un prototipo que se presenta como el producto final colaborativo de Nexo-Plural. 

En este juego, los niños, niñas, padres y madres podrán explorar e interactuar con ideas relacionadas a las temáticas y reflexiones planteadas anteriormente. Se vinculan diferentes dispositivos y herramientas para generar una estrategia híbrida de interacción que mezcla condiciones del mundo análogo, como del digital. Es decir, para jugar se requieren objetos como un tablero, teselas y cartas, las cuales se pueden descargar aquí, así como un canal en Telegram al cual te puedes unir y un bot conversacional, en el cual se también puede ingresar, para consultar todo el  resumen del laboratorio. Todo este material está disponible en la página web del juego. 

Esta aventura fue diseñada desde el mecanismo lógico máquina de estados, por medio del cual fue posible explorar conceptos asociados con la evolución simbiótica y  los jugadores podrán entrelazar sus preguntas en caminos narrativos que se asemejan a la simbiosis micorrizas, la cual establece una relación de mutualismo entre un hongo y la raíz de una planta. 

Los equipos

Si bien los nombres de las personas con sus apellidos son más precisos, para este laboratorio, fue importante consolidar microcomunidades familiares que decidieron relacionarse entre sí y con los demás participantes a partir de nombres como: Imaginautas, Foca, Los átomos e Inaginólogias.   

Imaginautas, integrado por María Eugenia Fazio, Antonio Anlló y Elisa Anlló, fueron críticos con cada una de las apuestas conceptuales del libro. También se divirtieron con la lógica de programación de la máquina de Turing. 

Apodos: Maru, Antonio y Elo.

Imaginólogas, conformado por  Zara Gabriela Gómez, María Paula Rojas, Noren Mairen Rodríguez, y Nancy Argenis Salazar, generó una simbiosis entre sí, pues se unieron todos en un solo equipo, formando en sí un gran organismo organizado el cual planteó de manera constante preguntas sobre el libro. 

Apodos: Mairen y María Paula, y el de Nancy y Sara.

FoCa, integrado por  Alejandro Carvajal, Jennyfer Forero y Ricardo Carvajal, generó una nave de motor de azufre para el viaje y fueron los primeros en prototipar sus teselas para trazar los recorridos del juego.  

Apodos: Jen y Alejandro.

Los átomos, conformado por  Ana Sofía Vargas, Gustavo Vargas y Claudia Esperanza Herrera, siempre estuvieron conectados y manifestaron gran curiosidad por cada una de las temáticas, planteadas a lo largo de las sesiones. 

Apodos: Claudia, Gustavo y Sofía.