Hay días así.

Días que queremos sujetar, abrazar, no dejar ir nunca. Días a los que nos aferramos con los dientes, con las uñas, con todas las fuerzas. Días a los que luego queremos volver con desesperación, a pesar de que pasa el tiempo y empezamos a imaginar, soñar, planear y vivir otros días. Días en los que nos gustaría que nuestra memoria fuera una cámara para poder repetirlos y saborearlos de nuevo. Días que queremos arrebatarle al olvido.

Así viví el Festival Idartes 10 años: sentí cada segundo, cada sonido.

El martes 30 de noviembre, a las 11:03 p.m., despedimos, en el Planetario de Bogotá, con un largo aplauso a Los PetitFellas y al Festival. Minutos antes, ellos tocaban la canción Suspense. Su coro dice: Toda historia termina con final abierto / Todos despertando y yo sigo despierto. Y es que el Festival lo sentí así: como una pausa para ver los 10 años que han pasado y también como el momento para pensar en los 10 que siguen.

¿Qué es un principio? ¿Qué es un final? En 10 años Idartes ha hecho del disfrute de las artes y la cultura una política pública en Bogotá. 10 años que están ahí: se pueden tocar, se pueden revivir, se pueden visitar, se pueden leer todas las historias que hemos contado, pero todavía podemos hacer más, mucho más. El primer paso en esta nueva década ya lo hemos dado: a medida que transformamos retos en objetivos cumplidos, nacen nuevos y podemos arriesgarnos a continuar, a seguir sorprendiendo a la ciudad.

¿Qué es un final abierto? Posibilidades, puntos de vista, interpretaciones, mundos que se abren. Las artes son eso: toman algo, lo transforman, hacen que interpele a la sociedad y aquellos que las disfrutamos las convertimos en parte de nuestra vida y se quedan ahí como un rumor o como la vida misma. Las artes son un final abierto: cuando una canción deja de sonar, tras los créditos de una película, al terminar la última página de un libro, en el pasillo final de una exposición, todo eso que vimos, que sentimos, se suma a lo que ya somos. Las artes —su goce— son eso: finales que crean nuevos principios, la primera oración de nuevas historias. 

El Festival Idartes 10 años es eso, fue eso: un cierre y un comienzo.

Catalina Valencia Tobón