Ciclo Rosa, un espacio para la diversidad y las nuevas estéticas
Ciclo Rosa, un espacio para la diversidad y las nuevas estéticas
“El Ciclo Rosa era diferente. La primera diferencia fue que el Ciclo se creó con intenciones políticas y estéticas, como un proceso del que el grupo de películas de Rosa von Praunheim eran un primer paso. El nombre de la primera muestra resultó apropiado: el título del ciclo se debía al nombre artístico del creador, pero el nombre de este cinematografista había nacido del triángulo rosa con que los nazis marcaban la ropa de los gays en ciudades y en campos de concentración, de manera que el título resultaba ideal para esta y para cualquier muestra audiovisual sobre el tema. El naciente ciclo, que había encontrado una afortunada constelación de personas e instituciones, había dado con un nombre afortunado”.
Julián David Correa. Tomado de la colección Catálogos Razonados. Idartes, 2013.
Para preparar el editorial de hoy me di a la búsqueda de referencias, citas e imágenes que me hablaran del poder e impacto que ha tenido en estos 20 años el Ciclo Rosa en Bogotá y el país. Durante este viaje histórico me topé con la colección Catálogos Razonados, el primer libro que se hizo en Colombia sobre el Ciclo Rosa, publicado por Idartes en el 2013. Hoy, más historias, más imágenes en movimiento y más espacios de conversación se han sumado a las letras de quienes hicieron parte de esta maravillosa recopilación narrativa.
El Ciclo Rosa –y me atrevo a decirlo con total certeza- es el más potente espacio de conversación, de reflexión y de lucha LGBTIQ+ en Colombia y Latinoamérica. En el Ciclo confluye y se expresa toda la diversidad de la ciudadanía, en género, sexualidad y origen. Este pequeño mundo delimitado por la pantalla es un infinito espacio de celebración, por fuera de los estereotipos heteronormativos.
Desde hace 20 años, el Ciclo Rosa visibiliza las películas más relevantes del mundo y especialmente de América Latina que incluye, en la pantalla grande, la disidencia sexual para que más personas se sientan identificadas e incluidas en la sociedad. En este sentido, el Ciclo además de sumar nuevas estéticas desde lo cinematográfico también ha abierto la posibilidad de que existan espacios y encuentros en Bogotá para discutir en torno a la diversidad, la inclusión y el fortalecimiento del tejido social.
Este año, el Ciclo Rosa es un ciclo de retrospectiva y de celebración. El componente principal lo tendremos con el cine de Brasil, que sin duda es el gran foco del cine queer en América. Adicionalmente, nuestro público podrá disfrutar de las películas más emblemáticas programadas en el Ciclo Rosa, reconocidas por su calidad cinematográfica y que además han sido significativas para la ciudadanía. Como es tradicional en el Ciclo, tendremos una muestra nacional que invita a romper con las formas de creación artística audiovisual, además de los espacios de conversación, mediación y participación para el público en general.
Este es el espacio para el cine libre de etiquetas, urgente y necesario. Es la representación audiovisual de una estética arriesgada y radical, fuera de los cánones convencionales que muchas veces nos confronta con nuestros juicios y nos obliga a reflexionar sobre la manera en la que estamos haciendo parte de una sociedad más contemporánea y más diversa.
El Ciclo Rosa llega en el mejor momento, en la reactivación de nuestra ciudad. Esta es la oportunidad perfecta para visitar y aprovechar una de las joyas arquitectónicas de la Capital y centro cultural de las artes audiovisuales más importante de nuestro país, la Cinemateca de Bogotá, que cumplió hace poco 50 años.
Disfrutar de la programación del Ciclo Rosa es honrar lo diverso, es reconocer su legado e impacto en la ciudadanía, en los directores, productores, artistas y creadores del cine LGBTIQ+ de diferentes latitudes que han encontrado en él su espacio para ser.
Catalina Valencia Tobón