UcroBIOgénesis, otros posibles mundos, futuros y presentes
“La UcroBIOgénesis nos habla de otras realidades posibles, otros pasados, presentes y futuros que cuestionan e interpelan el concepto de lo vivo y lo no vivo, del poder de los afectos, de la dependencia entre los entes que habitamos el mundo. De otra Latinoamérica, de los sistemas económicos y el avance científico. Es una utopía y distopía que nace de la idea de que los imaginarios pueden crearse. Nace de la esperanza de otros mundos posibles”.
En los años 70, el químico británico James Lovelock y la microbióloga estadounidense Lynn Margulis publicaron la hipótesis de Gaia, cuyo nombre surge a partir de la diosa griega, y que plantea que la Tierra es un superorganismo ‘vivo’. La hipótesis propone una relación inherente entre los seres vivos y no vivos del planeta; entre los organismos, la atmósfera y el suelo.
Los participantes del Laboratorio Ecomorfias: Ucronías Planetarias exploraron esta teoría, así como posibles ucronías –o historias alternativas–, y el Antropoceno, o el impacto que ha tenido el ser humano y la civilización sobre el ecosistema terrestre. Como resultado final se creó la exposición interactiva UcroBIOgénesis, compuesta por varias Gaias que estuvo en el Planetario de Bogotá.
UcroBIOgénesis es es el resultado del laboratorio que estuvo a cargo de la Agrupación Econcienciarte, y que permite reflexionar acerca de la relación de los humanos con otros organismos, el entorno que habitamos y los procesos organizativos de la vida, a partir de una visión científica, biológica y artística. Se utilizaron técnicas como la construcción de mundos –worldbuilding– y la narración y creación de historias –storytelling–.
Estas fueron de las Gaias y ucronías creadas por los participantes del laboratorio.
Retahílas y nuevas ondas desde la otra Tierra del color
La ucronía de Camilo Galvis plantea una realidad en la la tierra cuenta con dos soles en vez de uno, y una en la que que América Latina nunca fue colonizada. Aquí, el conocimiento ancestral dominó y las poblaciones experimentan con la bioluminiscencia y la sanación a través de la magia y el color de posibles territorios.
La gaia de Galvis, una planta kinética que consta de instalación lumínica ensamblada que utiliza vidrio, alambre, cadenas y luz, busca evidenciar la historia de un mundo donde reina el ecocentrismo, a diferencia del mundo actual, que está basado en el antropocentrismo.
Daelarex
Dayana González & Diego Cruz crearon un futuro distópico en el que el planeta Tierra, tras las Guerras Atómicas que iniciaron en 2031, ha sido contaminada casi en un 100%. Mediante una instalación escenográfica mixta que involucra con un componente audiovisual, una intervención lumínica y una maqueta que expone una ciudad y organismos extraterrestres, González y Cruz narran la historia de los habitantes de este planeta contaminado, que se han visto obligados a buscar nuevas soluciones.
Después de 2300 años de exploración, y con avanzadas tecnologías, se descubre el planeta Daelarex, donde habitan los Clatxcné, unos organismos capaces de alimentarse de la contaminación. La humanidad somete a esta población y la llevan a la Tierra con la esperanza de que pueda acelerar el proceso de descontaminación radiactiva y volver a poblarla.
MARCIANÓFON@ ORGÁMISCOLOROS@
La historia de Santiago Correa plantea un futuro en el año #Hashtag 4 del Plásticoceno era del Metaverso. En esta ucronía coexisten múltiples ritmos del misterio que se hacen llamar vida en el planeta Tierra o TinderGaia. En este contexto, E.C.O.O.O.O., una organización de epidemiolog@s no convencional, que configura un organismo orgásmico cargado por información genética adherida a los audios conseguidos en Marte por las misiones Rover.
Para esto, Correa crea una instalación sonoro escenográfica, un bricolaje sonoro que busca generar inmersión. Su gaia muestra cómo al capturar el sonido proveniente desde Marte y someterlo a las condiciones terrestres se desencadena una conjugación genética-matérica que genera un organismo orgásmico.
Statera
La gaia de Steban Gómez, una escultura modelada e impresa en 3D junto a una videoinstalación, habla sobre la tercera carrera espacial y la bioética. Su historia, una ucronía que toma como punto de partida el año 1955, habla sobre cómo el poder ha pasado a las manos de corporaciones, perpetuando así el sistema de economía de mercado como una única opción. Gómez se cuestiona sobre el impacto del humano en la Tierra y la búsqueda de otros planetas que puedan ser habitados por el humano.
Simientes
Lina González, Sofía Borda y Juan Pablo Roa crearon Simientes, un proyecto que busca explorar conceptos sobre las relaciones físicas y afectivas que desarrollan los humanos con el mundo y otrxs seres, mediante una gaia en que involucra los sentidos, el paisaje, la racionalidad científica, la residualidad material en tres gaias: Ancestres, Intentos simbiontes y Las ruinas también pueden vivir.
Ancestres, la gaia de González, está situada en el año 15.700 a.C, un pasado lejano en el que se narra la historia de organismos que se relacionan mediante el lenguaje y cuentan con la capacidad de de crear estructuras autoorganizadas que interactúen entre sí. La gaia es una instalación interactiva en la que conviven la cimática – que explora las formas en la materia generadas por vibraciones de sonido – y Suminagashi, una técnica japonesa de marmoleado de papel.
Intentos Simbiontes de Borda es un traje confeccionado que habla sobre cómo un mundo primigenio está conectado con el surgimiento y de las diferentes formas que pueden presentar los seres que se hacen a sí mismos a partir de sus propias frecuencias. Esta fase de la gaia presenta un acto en el qué unx cientificx-holobionte del tiempo de los individuos desea conocer el mundo a través de su cuerpo.
Las ruinas también pueden vivir, la gaia de Roa, propone un mundo posterior al tiempo de los individuos y humanos. Un tiempo en el que hubo una ruptura en la continuación de la vida por cuenta del desastre ecológico producido por la necesidad de desarrollar un proyecto de extractivismo espacial que fracasó y terminó dejando inhabitable gran parte de los continentes. Aquí existen animales espirituales y seres que adoptaron los afectos de las comunidades que convivieron con ellos en las islas de ruinas.