Creación artística para la primera infancia, la visión del artista
La creación artística dirigida a los niños y niñas menores de seis años, más allá de ser un desafío, es una oportunidad para explorar y entender la forma en que los menores perciben y se relacionan con el mundo. Con esta premisa en mente, y tras un proceso creativo de un mes, los artistas del Equipo de Acompañamiento Artístico Territorial (EAAT) y los artistas comunitarios, todos ellos parte del programa Nidos del Instituto Distrital de las Artes -Idartes, han ideado, imaginado y creado las obras escénicas y musicales que se presentarán en diversos escenarios de la ciudad durante el segundo semestre de 2024.
Este proceso tuvo en cuenta la capacidad de los niños y niñas para aportar de manera innovadora y creativa a las propuestas artísticas, como sujetos activos capaces de transformar su entorno, tomar decisiones, expresar sus ideas y emociones. En ese sentido, Paloma Salgado, del equipo EAAT, explica que “la creación artística en Nidos se basa en una perspectiva artístico-pedagógica que garantiza los derechos culturales de los niños y niñas en la primera infancia. Este enfoque asegura una atención integral que toma en cuenta los momentos de desarrollo de los pequeños y el contexto que los rodea”.
El programa Nidos ha realizado investigaciones sobre la relación de la primera infancia con las artes y su invaluable aporte al desarrollo de la autonomía, la creatividad, sensibilidad y exploración del entorno y ha aprendido de sus prácticas durante los últimos 10 años, incorporando las experiencias de los artistas y adaptando sus creaciones en función de los resultados de las obras creadas. "Nos nutrimos del estudio y la exploración de cómo los niños entienden y se conectan con el mundo", añade Salgado.
La inspiración de los artistas también es muy importante al momento de crear la propuesta artística, según Carlos Gómez, quien también pertenece al equipo de EAAT, “Desde los gustos y memorias de los artistas hasta sus vivencias y anhelos personales, son fuentes de inspiración. En un entorno que fomenta la creatividad, las ideas de cada artista se combinan y enriquecen, resultando en propuestas más complejas y dinámicas que continúan evolucionando incluso después del estreno de las obras”.
Paloma Salgado destaca que “la conexión con el juego y la ternura de los niños activa el niño interior de los artistas, despertando curiosidad y asombro. Además, el contacto con comunidades y entornos, junto con la perspectiva artístico-pedagógica del programa, promueven un pensamiento divergente y una conexión profunda con el mundo infantil”.
Aunque todo el proceso tiene una intención clara y una guía hacia la creación, también propone retos intensos para los artistas. Al respecto, Juan Camilo Herrera, artista comunitario del equipo, comenta que el principal reto en la creación de obras para los menores de seis años es “la tensión entre escuchar y ser escuchado, entre dar lugar a los modos de ser y participar de las niñas y niños” lo que termina siendo un desafío a la hora de equilibrar los modos de participación, en especial con la estructura y las reglas necesarias para que la obra funcione como un juego escénico.
Herrera también explica que “La exposición de una obra escénica a las niñas y niños de primera infancia, pone en evidencia no solo el poder emancipatorio del arte, sino también su posibilidad disciplinaria y coercitiva. A veces, la línea entre un lugar y otro son muy delgadas por lo que es un reto el pensar los modos de relacionamiento constantemente”.
Sin embargo, una vez se logran resolver estos obstáculos, el estreno de una obra es un momento lleno de emociones y satisfacciones para los artistas comunitarios. Sandra Daza, comenta que lo más emocionante es la materialización de las ideas y el proceso creativo en sí mismo, mientras que Laura Isabel Reyes destaca la interacción con los niños. "Ver cómo la obra se transforma con la respuesta de los niños y cómo ellos se convierten en protagonistas activos es muy valioso".
Por su parte, Liliana Carolina Valencia Montaña, otra de las artistas que hacen parte del equipo, resalta la importancia del arte en el desarrollo integral de las personas. "Es fundamental considerar el impacto en los procesos cognitivos de los niños y crear nuevas formas de interpretación que generen lazos culturales", afirma.
La creación artística para la primera infancia es una labor enriquecedora que se basa en la comprensión profunda de los más pequeños, la colaboración entre artistas, y la constante evolución de las obras. La conexión emocional con las niñas y los niños y la posibilidad de ver cómo las ideas se materializan y transforman en interacción con su público son aspectos que hacen de este proceso una experiencia única y gratificante.
De este proceso creativo, surgieron cinco nuevas obras para el disfrute de los niños de cero a seis años, personas gestantes, cuidadores y familias. La programación completa se podrá consultar aquí.