La danza israelí llega a Bogotá con Horses in the Sky
Bogotá es escenario de las grandes puestas en escena de la danza del mundo; este martes 7 de noviembre se presenta en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán Horses in the Sky de la Compañía de Danza Contemporánea Kibbutz de Israel.
Dirigida por Rami Be'er, cuyo exclusivo y único carácter coreográfico se ha convertido en la marca registrada de la compañía, tanto en Israel como en el extranjero, la compañía trae a Colombia un grupo de bailarines técnicamente fuertes, físicamente eclécticos y de sensibilidad dinámica que derrocharán toda su potencia en las tablas del emblemático teatro bogotano con Horses in the sky.
Fundada en 1970 la Compañía de Danza Contemporánea Kibbutz tiene sede en la International Dance Village del Kibbutz Ga’aton de Israel; de 1973 a 1996 estuvo bajo la dirección de Yehudit Arnon, reconocida maestra de la comunidad de la danza israelí y sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, su alumno Rami Be’er, la dirige desde 1996.
El International Dance Village, hogar de la compañía, está compuesto por cerca de 80 bailarines israelíes y de otras nacionalidades que han impuesto un estilo que no suele ser narrativo, pero que a menudo se basa en temas sociales, políticos e históricos. Algunos de estos temas han incluido el Holocausto, el consumismo, el medio ambiente y los efectos aislantes de la tecnología en el mundo moderno.
Horses in the Sky – Caballos en el cielo tampoco es una puesta narrativa, pero puede verse como un comentario social sobre la política mundial y las consecuencias de las acciones humanas. La puesta transporta al espectador a una especie de sueño surrealista que contrasta con la sensación de un apocalipsis inminente musicalizado con piezas de Ólafur Arnalds, Björk y la banda canadiense Thee Silver Mt. Zion Memorial Orchestra, cuya canción Horses in the Sky fue una de las inspiraciones de la pieza.
Horses in The Sky es un espacio de movimiento en constante cambio con espacios vacíos, salpicaduras de color, momentos de convergencia, paisajes, miradas, toques. Una bocanada de recuerdo en el tiempo y el espacio que nos elude, pero que no nos detiene porque mañana vamos a correr más rápido y a estirar nuestros brazos aún más.