Elisa Mújica: la autora que hizo de Bogotá su inspiración
Aunque nació en Bucaramanga (Santander), Elisa Mújica convirtió a la capital del país en el principal escenario de su obra literaria, ya que vivió en esta ciudad siete décadas, "Robándole minutos a las horas que había vendido", como solía decir.
Llegó al mundo el 21 de enero de 1918, hace cien años, sin saber que la Literatura sería su camino. Antes de cumplir nueve, viajó junto a su familia a Bogotá, donde se consolidaría como una de las mayores figuras de la literatura colombiana del Siglo XX. Es por eso que, en el centenario de su natalicio, la Alcaldía de Bogotá, como parte de su Plan Distrital de Lectura y Escritura -Leer es Volar-, abrió este año el Premio de Novela Elisa Mújica, cuyas inscripciones están disponibles. Inscríbase aquí.
“Elisa Mújica publicó desde finales de los 40, sin parar de escribir en gran diversidad de géneros, como la novela, el cuento, la entrevista, la crónica y el ensayo; escribió para niños, reescribió cuentos populares, rescató historias del centro bogotano y participó en ediciones críticas de obras de la literatura colombiana. Queremos destacar la obra y recordar la vida de esta mujer, que se distinguió entre sus contemporáneos y que es ejemplo del gran aporte que las mujeres colombianas han hecho a la literatura”, asegura Alejandro Flórez, gerente de Literatura del Idartes.
Su muerte, en el año 2003, dejó como legado cientos de reflexiones, así como aportes al pensamiento contemporáneo y decenas de títulos disponibles para su consulta en las bibliotecas de la ciudad y el país.
Conozca los detalles del Premio de Novela Elisa Mújica
Esta distinción, realizada por la Alcaldía en cooperación con Laguna Libros, reconoce, mediante un estímulo económico, el trabajo de una mujer escritora colombiana cuya propuesta de libro, desde el género de la novela, alcance los más altos niveles de calidad literaria. Por ello, premiará la mejor novela inédita, escrita por una autora colombiana, cuya extensión no supere las 300 páginas. Laguna Libros publicará la obra y realizará todas las acciones necesarias para su difusión y posicionamiento.
Fecha de apertura: febrero 7 de 2018
Fecha de cierre: mayo 16 de 2018
Más detalles aquí.
Sobre la importancia de la obra de Elisa Mújica
Elisa Mújica comenzó a escribir en su juventud, siendo sus novelas las que lograron el interés del público y la crítica. Cabe destacar que escribió sus primeros relatos y artículos en la prensa bogotana, desde 1947. Durante décadas ejerció el papel de periodista, reseñó libros e hizo notas sobre temas culturales y literarios para diferentes revistas y periódicos del país.
Las letras fueron su carrera paralela, en cuanto comenzó su vida laboral en el Ministerio de Comunicaciones, donde fue secretaria de Carlos Lleras Restrepo entre 1936 y 1943. Luego, fue secretaria en la Embaja de Colombia en Quito (Ecuador) de 1943 a 1945.
En su bibliografía se encuentran tres novelas: Los dos tiempos (1949), Catalina (1963) y Bogotá de las nubes (1984). Sin embargo, se sintió más atraída por la narrativa breve, desarrollando cuentos como Ángela y el diablo (1953), Árbol de ruedas (1972) o La tienda de las imágenes (1987).
El caso de la literatura infantil fue particular, en cuanto dedicó al público infantil media decena de obras, con títulos como La Expedición Botánica contada a los niños (1978), Bestiario (1980), Pequeño Bestiario, (1990), Las casas que hablan: guía histórica del barrio de la Candelaria de Santa Fé de Bogotá (1994) y Cuentos para niños de La Candelaria (1997).
El ensayo también fue importante en su producción, creaciones como El Indio en América: síntesis de obras americanas sobre el problema indígena (1948), La aventura demorada: ensayo sobre santa Teresa de Jesús (1951) y La Candelaria (1974), lo evidencian.
Esta escritora -continúa el gerente de Literatura del Idartes- es recordada además por ser de las pocas novelistas de su época que criticó con insistencia la distinción existente entre las oportunidades para hombres y mujeres y celebró la perseverancia de las mujeres colombianas. Es la única narradora de una generación de poetas entre las que se cuentan Emilia Ayarza, Dora Castellanos, Matilde Espinosa, Helvia García, Silvia Lorenzo, Fanny Osorio, Carmelina Soto y Maruja Vieira.
El 18 de noviembre de 1984, Elisa Mújica fue la primera mujer en alcanzar la posición de miembro de número de la Academia Colombiana de la Lengua y fue elegida por votación secreta y unánime, en noviembre del mismo año, como miembro correspondiente hispanoamericano de la Real Academia Española.
La crítica fue fundamental para validar su obra. Ernesto Volkening, Hernando Téllez, Eduardo Carranza, Eduardo Zalamea Borda, Juan Cristóbal Martínez, Helena Araújo, Eduardo Camacho, Jorge Gaitán Durán, Roberto Herrera Soto, Próspero Morales Pradilla, Alvaro Pachón de la Torre, Agustín Rodríguez Garavito, Juan Gustavo Cabo Borda y Policarpo Varón, entre otros críticos, reseñaron la obra de Mújica.
Bogotá como fuente de inspiración
Al revisar los títulos de Mújica, el lector puede saber que Bogotá y sus barrios estuvieron presentes durante toda su producción artística como una luz que se fue extendiendo hasta iluminar todas sus escenas literarias.
Como lo planteó Jerónimo Carranza en el prólogo del libro Elisa Mújica. Diario (1968 – 1971), la autora "hizo de Bogotá el principal escenario de su obra y reflejó en esta diversos rostros de la ciudad. A través de la literatura 'adulta' manifestó el abatimiento femenino frente al destino marcado para las mujeres en un país machista, y en los relatos para niños dibujó la fantasía perdida en la ciudad del pasado".
Su obra, agrega Alejandro Flórez del Idartes, refleja el quehacer de las colombianas en diversos campos de la vida nacional "con textos que permiten reconstruir la labor de la mujer de mediados del siglo XX. En su narrativa es evidente su preocupación por la historia social de Colombia, la presencia y crecimiento de la ciudad de Bogotá y la dificultad de la mujer en pasar de objeto a sujeto de su historia".
Y es que fue tal la adaptación a la capital que Mújica bien podría decirse bogotana, más cuando habitó el antiguo barrio de La Candelaria por dos décadas, encontrando en la zona histórica de la capital un epicentro de historias. Su residencia allí la estableció luego de vivir en Ecuador y España, tras una corta estancia en Sopó, Cundinamarca. Se alojó en una casona antigua, en la calle 12 con carrera 2.
De acuerdo con la escritora Mary Berg, Mújica pasó toda su vida "en este esfuerzo de hacer muy suya La Candelaria. Se describe a sí misma, la más joven de las tres hijas que vinieron con sus padres a la Bogotá de los años veinte para empezar su 'aventura en la ciudad de los ásperos vientos, voces melosas que prometían y poco daban, e iglesias apenunbradas en las que ardían oros y ceras". De las tres hermanas, ella es la que se ha quedado en la ciudad, fiel a su pasión y a su barrio".
Cinco frases para recordar a Elisa Mújica
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"Pero yo no podía consolarme como otras mujeres, que se dedicaban a contar a los demás sus propias vidas, lo mismo que si fueran historias imaginadas por ellas". El recuerdo de Catalina (p. 119).
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"Desde el 9 de abril la carrera séptima perdió su ser natural... El 9 de abril fue el día señalado para que las casas que parecían eternas, cayeran convertidas en pavesas..". Bogotá de las nubes. (p. 154)
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"Los chicos han oído que una niña no puede levantar pesos ni pelear y, no obstante, la ven salir con la suya, por lo que la consideran dueña de recursos misteriosos y la respetan". Los dos tiempos (P.11).
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"En una sociedad igualitaria que llegara a existir faltarían casi todos los temas para escribir novelas". Diario 1970, 6 de julio.
"Cuando peco es como si me traicionara a mí misma". Diario 1971, 27 de agosto.