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Cuatro escenarios icónicos de Bogotá hablan de reapertura

Algunos cuentan con apoyo para enfrentar la crisis, otros experimentan. Conversamos con los pluma blanca de escenarios para la música.
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“Con buenos equipos la experiencia virtual puede ser un escenario deseable”. Paulo Sánchez.

Teatro Colsubsidio

Paulo Sánchez, Teatro Colsubsidio

Es clave que la reapertura se haga en diferentes etapas, no nos parece pertinente hacerlo en el Teatro en este momento, no hay que apresurarse. Es necesario, primero, generar confianza en el público, pues sabemos que mucha gente no va regresar a los espacios de conciertos hasta que haya una vacuna. Con los shows virtuales hay menos logística en el desplazamiento y esto es algo deseable para la gente que tiene familia.

Hemos hecho grandes esfuerzos para que la experiencia virtual sea de alta calidad. Primero en bioseguridad, en donde tuvimos que hacer una gran inversión para cumplir con todo lo requerido: dispusimos cafeterías adicionales, hacemos un montaje que requiere mucho más tiempo porque se hace por partes, primero luces, luego sonido...  disponemos de alimentos empacados, cambiamos todas las llaves de los baños, y dispusimos elementos para desinfección, dispensadores, señalamiento, todo para asegurar que los artistas y técnicos que trabajan estén completamente seguros.

Nuestra programación sigue, virtual, sobre todo con artistas nacionales. Vamos a tener el Festival de Cuerda Pulsada, el Festival de Jazz, a Monsieur Periné, Los Hijos de Benkos... Por otro lado, hicimos un podcast echando mano del archivo de audio de 2019. Nos ha ido bien pero hay saturación de contenidos en las plataformas, la gente se inscribe y no asiste, hay muchísima más competencia que en lo presencial. Sin embargo, es una buena oportunidad para pensar el archivo, en la memoria de los contenidos que presentamos y en tener una agenda virtual paralela. 

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“No me gusta la experiencia de concierto virtual”. Benjamin Calais.

Matik Matik

Benjamin Calais, Matik-Matik

En Matik no tenemos planeado abrir por el momento. Personalmente estoy dedicado a mezclar conciertos y discos, que supone una actividad paralela que permite una subsistencia mínima. Algunos artistas amigos han utilizado el espacio. Al inicio hicimos los Telematik, los músicos lo pidieron, Santiago Botero [músico y gestor] le metió mucha onda y salió muy bacano. Pero en realidad yo estoy cansado de estar con los audífonos puestos al frente de la pantalla. Tampoco me gusta la experiencia virtual, no creo que emule lo que pasa en vivo, no suele tener buen sonido. No quisiera que Matik se convirtiera en eso. En cuanto a las condiciones de reapertura propuestas por el gobierno distrital, lo vemos más como un problema que como una posibilidad, pues además de que los números no dan, todavía el riesgo biológico es latente. En cuanto a lo económico, al comienzo apoyamos a los empleados, pero sin ingresos solo lo pudimos hacer durante unos meses. Afortunadamente hemos encontrado la manera de subsistir económicamente. Por el momento estamos tranquilos y vamos a esperar: no quisiéramos exponer ni a las personas que trabajan en Matik, ni a los artistas, ni al público.

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“Estamos listos para abrir con aforos reducidos”. Luigi Quintero.

Movistar Arena

Luis Guillermo Quintero, Movistar Arena

Empezamos a repensar el negocio, cómo aprovechar la infraestructura y, básicamente, montamos un estudio digital. Hemos tenido artistas que van desde Giovanny Ayala hasta LosPetitFellas y La Derecha; también eventos corporativos de todo tipo. Prestamos toda la infraestructura para el streaming, tenemos eventos toda la semana. 

Para abrir estamos a la espera de que nos aprueben los protocolos para hacer eventos con poco aforo. Esperamos tener el 25% del aforo como se especifica en el decreto, o sea unas 3000 personas. Hay respaldo y tranquilidad del gobierno, nos han apoyado. Fue necesario hacer inversiones en señalización, dispensadores, medidores de temperatura masivos, limpieza y desinfección, cambiar los baños. Esperamos que se logre un precio atractivo para el público, hay buenas expectativas de las productoras. Ya la curva se ha ido aplanando y los demás sectores de la economía se han ido reactivando, tenemos que abrir también este renglón, que es además una de las banderas del gobierno en curso, con lo de la Economía Naranja. Tenemos las medidas de bioseguridad y la idea es que la gente se sienta tranquila, segura. Estamos listos para abrir con aforos reducidos.

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“La incertidumbre es todavía muy grande para el sector de la música en vivo, es un problema de vector que sobrepasa al sector”. Santiago Gardeazábal.

El Anónimo

Santiago Gardeazábal, El Anónimo

Los diferentes decretos nos parecen contradictorios, no tenemos claro qué se puede hacer y qué no. Abrir sin vender licor, abrir sin hacer conciertos...  Por eso, a pesar de estar ilusionados con una pronta apertura, sentimos que no es algo que vaya a ocurrir en  en un futuro inmediato. Pienso que hace falta acompañamiento de parte de las instituciones hacia las empresas. Si bien sabemos que no puede haber apoyos concretos con dinero, al menos un acompañamiento jurídico podría ser muy útil. Como le ocurre a muchos espacios culturales o de música en vivo, El Anónimo está en un limbo, pues tiene diferentes actividades comerciales, no es ni un café, ni un restaurante, ni un bar, ni solamente una sala de conciertos. Pero esto en vez de ser provechoso, genera a partir de cada perfil un foco más de problemas, porque hay una legislación para cada caso. No sabemos por ejemplo, qué responsabilidad puede llegar a tener un establecimiento en caso de un contagio una vez haya abierto. 

Efectivamente están las becas, que son el sistema de canalización habitual de una política pública y entendemos que aparecieron como método porque no se pueden entregar recursos “a dedo”. Por ahora fuimos ganadores de una (de varias en las que hemos participado) y estamos a la espera de resultados de tres más. Sin embargo, vale la pena  mencionar que se generan varios problemas para los agentes culturales. El primero es que si tenemos más de un perfil, como representantes legales, hay que elegir un emprendimiento para acceder o para salvar, en el marco de esta pandemia. Yo, por ejemplo, además de El Anónimo tengo una agencia: Nova Et Vetera, que produce y selecciona contenidos. Y entonces debo elegir a qué concurso con Nova y a qué concurso con El Anónimo, pero siempre se debe sacrificar alguno, así sean dos cosas independientes y las dinámicas sean diferentes. Algo que hay que tener en cuenta es la cantidad de tiempo que demanda hacer una convocatoria. No es nada fácil, requiere de 40 o 60 horas a varias manos (profesionales), tiempo que se invierte sin saber si se va a ganar, con el riesgo de que por papeles (no todos son subsanables) se pierda todo el impulso. A veces nos preguntamos si en el afán de hacer democratico el acceso a estos recursos, finalmente no se excluyen organizaciones o personas naturales que no tienen la experiencia ni la posibilidad de sentarse  a dedicarle tanto tiempo a la elaboración de portafolios de 50 páginas.Sin embargo reconocemos que es un esfuerzo por parte de la administración distrital y estatal enorme tener equipos dedicados a esta labor. Es importante tener en cuenta que no todas las becas son de colaboración y habría que indagar si no se crea un sistema competitivo y a veces anónimo en el que no se edifica a partir de la idoneidad y de los comentarios de los jurados, sino que se califica y el proceso para ahí. Estoy seguro que debe haber proyectos maravillosos abandonados al final de las convocatorias que nadie retoma y que no fueron tenidos en cuenta por un papel burocrático olvidado etc.

Ahora bien, se pueden hacer conciertos virtuales, pero si se quiere transmitir la experiencia de forma fiel y con calidad, esto representa más gastos técnicos, además de las nuevas medidas de bioseguridad con las que tampoco se reciben apoyos extras, es decir,  nuevos costos sin ingresos, sin mencionar el riesgo de contagio. Es muy complicado, se requiere algún tipo de ayuda o presupuesto adicional, pero no existen estas líneas de apoyo.

Vemos con tristeza el cierre general de muchos espacios, y ni siquiera hay una estadística de cuántos lugares han tenido que cerrar en estos seis meses.  Esto para una ciudad Capital Mundial de la Música debería ser una prioridad. Para nosotros la situación es totalmente incierta, estamos esperando porque cerrar es perder una marca que  va a cumplir 17 años y que hemos construido de forma independiente, pero de todas maneras los arriendos, impuestos, y demás costos se siguen causando y sin ningún ingreso. Repito,  no creo que sea culpa de las instituciones ni de los funcionarios, hacen lo que pueden y han estado muy ocupados trabajando el doble. Pero es como si fuera el vector el que estuviera mal. Es un asunto de prevención y acompañamiento. Sale más económico salvar un emprendimiento que produce miles de conciertos que solo enfocarse en apoyar a los nuevos empresarios. Estos temas son problemas que no son tributarios de la emergencia económica, la pandemia solo los hace más notorios. Los escenarios de música en vivo son activos que generan cultura todos los días para la ciudad y su población. Si la reconciliación viene desde la cultura, es clave dejar de ver el arte solo como entretenimiento. Hay que tener en cuenta que en estos espacios de esparcimiento se gesta la cultura, lejos de los grandes festivales. No creo en los poetas formados en universidades, prefiero los graduados en cafés y barras de bar.

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