El arte de diluir las fronteras con arte
El arte de diluir las fronteras con arte
André Delpuech, director del Museo del Hombre en París, en la celebración de los 70 años de la declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU dijo “Todos somos migrantes porque es la esencia de la vida”.
Y si, somos migrantes por naturaleza. Históricamente nos hemos movido de un lugar a otro inspirados por el sentido de bienestar, por la búsqueda incansable de tener y ofrecer mejores condiciones de vida para nosotros y nuestra comunidad. Sin embargo, no todas las personas que se desplazan de su territorio, lo hacen de manera voluntaria.
ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados establece que un refugiado es aquella persona que por conflicto armado o persecución se ve obligada a cruzar la frontera de su país, en búsqueda de seguridad o asilo y no puede regresar a casa. Por eso, en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Refugiado y Desplazado, desde el Instituto Distrital de las Artes - Idartes nos sumamos con arte, música y sobre todo sentido de hermandad a los más de 82.4 millones de refugiados, desplazados y solicitantes de asilo, en el mundo entero.
Desde hace varios meses, la Gerencia de Música y su proyecto Mixtura venía preparándose para el concierto del Compilado de los pueblos hermanos: músicas de ida y vuelta para la integración, resultado de la alianza de nuestra institución con ACNUR, para promover la integración de músicos populares bogotanos, refugiados y migrantes venezolanos. El trabajo final contó con la participación de autores, compositores e intérpretes de ambos países.
Nuestra expectativa era inmensa. Todo estaba listo para que el domingo 20 de junio, en la Plazoleta de Lourdes de Chapinero, pudiéramos escuchar en vivo este trabajo musical compuesto por canciones que hablan de amor, de esperanza y de unión entre pueblos hermanos como un poderoso componente de cohesión social.
Sin embargo, los rigores de la pandemia nos obligaron a cancelar presencialmente el evento y a replantearnos nuevas opciones. “La historia de ir y venir... sin nación y sin frontera, esa necesidad fiera, nos ha vuelto más humanos, más respetuosos, cercanos, a Colombia y Venezuela. Que la bondad no se acabe, que la solidaridad sobre, que no le falte pan al pobre y que la empatía no se apague”, dice un fragmento de la canción interpretada por Rafa Pino, que hace parte de este proyecto musical y pensando en “esa necesidad fiera, que nos ha vuelto más humanos…” tomamos la decisión junto con la Gerencia de Música, el equipo del Teatro Jorge Eliécer Gaitán y la anuencia de nuestro aliado ACNUR, de seguir adelante con la presentación del proyecto musical.
Aunque hizo falta escuchar el aplauso y la ovación del público para los artistas, fue emocionante saber que juntos somos capaces de superar los límites mentales a la frase 'No se puede'. La recompensa está plasmada en los mensajes de las personas que desde otras latitudes se conectaron a la transmisión del concierto, en nuestras redes sociales. Nos dimos la oportunidad de recordar que somos una comunidad de acogida solidaria y generosa, que respeta la diferencia y que en el arte ha descubierto un lenguaje universal que diluye fronteras.
Esto no es lo único que hacemos con la comunidad de venezolanos que han llegado a nuestro país en búsqueda de oportunidades. El plan de reactivación que adelantamos desde el año pasado, ha incorporado la participación de artistas procedentes del hermano país, en las actividades que desarrollamos con el programa Arte a la KY, una estrategia orientada a reconocer y fortalecer las prácticas artísticas en el espacio público a través de diferentes alternativas de sostenibilidad.
Hoy contamos con cerca de 53 artistas venezolanos que tienen la posibilidad de circular activamente su capacidad creadora en las calles bogotanas, accediendo a nuevos públicos de una manera digna y protegida por el marco normativo. Algunos de esos artistas participaron en la invitación pública Memorias de la KY, que se abrió en octubre de 2020. Del total de los 141 ganadores, 11 fueron artistas con nacionalidad venezolana: músicos, cantantes, bailarines, pintores y estatua humana, recibieron un recurso económico como apoyo a su labor.
Para este año, estamos adelantando el plan piloto para la circulación de artistas en parques metropolitanos administrados por el IDRD. La primera versión se realiza en el Parque Metropolitano Simón Bolívar y ya hay 93 artistas de diferentes disciplinas, de los cuales 13 proceden del hermano país de Venezuela. Para este segundo semestre los vincularemos a programas de formación y a la invitación pública Festival Arte a la KY, que además de entregar recursos económicos, los hará partícipes de la programación de nuestro primer festival de artistas en el espacio público.
La integración debe darse desde las artes pero también ejecutando acciones que ayuden a la rápida inclusión productiva, económica, social y cultural de las personas que llegan a nuestro país con sus zapatos gastados por los miles de kilómetros que han tenido que caminar, para poder llegar a una tierra que los acoja y le de cabida a sus sueños.
Como lo dice Rafa Pino, hagamos posible que “…la bondad no se acabe, que la solidaridad sobre, que no le falte pan al pobre y que la empatía no se apague”.