Wade Davis en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán

Un recorrido por el Río Magdalena, dentro del Teatro

El etnobotánico canadiense Wave Davis, el periodista Alfredo Molano y varios invitados hicieron parte de esta actividad de la FILBo.

"Amar el río Magdalena es amar a Colombia" fue la conclusión a la que llegaron los protagonistas del conversatorio que se realizó la noche del pasado sábado en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, en el marco de la FILBo en la ciudad.

Al recinto llegaron lentamente amantes de la literatura, seguidores de la obra de Wave Davis y del trabajo del periodista Alfredo Molano -quien interactuó con el canadiense nacionalizado en Colombia-, además de ambientalistas, conservacionistas y viajeros.

“Ya todos los ciudadanos sabemos cómo está el río Bogotá. Todos nuestros desechos orgánicos y basura terminan allí y el río Bogotá va a dar al Magdalena. Les hemos dado la espalda a los ríos y volver a pensar en ellos es muy importante. Son una de las cosas que tenemos que empezar a proteger”, dijo Simón Mejía, líder de la agrupación colombiana Bomba Estéreo, quien reiteró la importancia de que se hagan este tipo de eventos en la ciudad.

Al Teatro también asistieron quienes ayudaron a Davis a hallar las historias que compondrán su libro, un recorrido desde el macizo colombiano, donde nacen el río Magdalena (los ríos más importantes de Colombia) hasta su desembocadura en el mar; textos descriptivos con narraciones que parecieran inverosímiles, pero que él asegura que son posibles gracias al realismo mágico característico de Colombia.

El primer invitado al escenario fue el arhuaco Jaison Pérez, con quién hablaron de la Sierra Nevada de Santa Marta. Una conversación que tuvo de fondo fotografías de estos pobladores, caminantes de paisajes naturales, con sus blancos atuendos característicos, de mantas y mochilas, que evocaban el viaje que Davis hizo por esta zona.

Luego la charla saltó al sur del país, al nacimiento y a los primeros tramos del Magdalena, donde hicieron énfasis en la belleza de San Agustín, zona arqueológica atravesada por el río en un bajo cauce, donde ‘la chaquira’, una de las piedras talladas símbolo de la cultura milenaria que allí habitó, mira hacia el cañón que lo alberga, como si lo estuviera homenajeando.

Con apuntes sobre la capacidad de regenerarse del río y comentarios de Alfredo Molano de los acontecimientos sociales y políticos de cada zona que recorre su cauce, siguió el colorido recorrido fotográfico por el Magdalena.

El siguiente invitado fue Germán Ferro, Director del Museo del Río Magdalena, ubicado en Honda (Tolima), donde ya el caudal es grande y marrón, un punto geográfico estratégico en la historia de Colombia, de arquitectura colonial y colorida, centro de pesca y de navegación fluvial. “La gente piensa que porque es café está sucio y desconoce que los ríos llevan sedimentos y no siempre son azules, como están dibujados en los mapas del colegio”, dijo.

Hacia el norte, la siguiente parada fue Puerto Berrío, territorio que es evidencia de la violencia del país. Molano recordó que Colombia ya cuenta más de cien mil desaparecidos, de los cuales muchos cuerpos llegan flotando al Magdalena en esta región. El invitado fue Juan Manuel Echavarría, artista audiovisual colombiano, quien relevó a Germán Ferro en el escenario para recordar que los habitantes de este municipio sacan los cadáveres del agua para hacer un ritual y darles sagrada sepultura.

Originalmente, fue una historia plasmada por la periodista Patricia Nieto en su libro ‘Los escogidos’ y, luego de ser contada en imágenes por Echavarría, ahora será narrada desde la perspectiva de Davis en el que será su nueva publicación.

Luego de la tristeza de los N.N, sacados del río, kilómetros adelante, llegó el momento de hablar de música, de alegría, de la cumbia del Caribe colombiano, y de imágenes que muestran cómo se conserva la tradición de tocar los instrumentos tradicionales enseñándolos a cada generación.

Para el cierre, Sandra Uribe, la antioqueña que acompañó a Wave Davis en la parte final de este gigantesco proyecto, reveló el nombre que llevará el libro: Magdalena, historias de Colombia. Un proyecto que se cierra, de cierta manera, con esta presentación en público de su contenido.

El conversatorio se había extendido casi al doble de lo programado y los seguidores de esta obra, tuvieron que seguir a Davis al lobby del Teatro Jorge Eliécer Gaitán, un recinto que gracias al Instituto Distrital de las Artes - Idartes, abrió sus puertas para permitir a la literatura de la FILBo llegar al centro de la ciudad.