La tragedia griega de Medea se tomó el escenario del Gaitán
Crónicas

La tragedia griega de Medea se tomó el escenario del Gaitán

La obra es ganadora de la Beca de Creación Multidisciplinar en la categoría de Larga trayectoria.

El emblemático escenario del Gaitán estaba a oscuras, a excepción de la tercera hilera de sillas, donde una luz roja iluminaba el primer acto de esta obra. En frente de la silletería, podía apreciarse una escenografía imponente, que ocupaba casi todo el espacio de la tarima. Unas telas, que hacían las veces de una carpa de circo, se elevaban y descendían constantemente en el escenario. Al lado izquierdo, un cirquero tocando el piano,  iluminado por una luz amarilla, ejecutaba una melodía solemne que recorría los pasillos de este escenario del Idartes.

Así arrancó en este escenario del Idartes la grabación de Mamá Medea, del Teatro del Embuste, una adaptación de la tragedia de Medea, de Eurípides, y de muchas otras versiones de este clásico de la mitología griega, que fue ganadora de la Beca de Creación Multidisciplinar en la categoría de Larga trayectoria que otorga el Instituto Distrital de las Artes -Idartes. 

“No es un espectáculo de circo como tal, sino que está planteado en la atmósfera del circo. Entonces, la aproximación de la dirección de arte es estar en este universo del circo, pero también estar en un universo postapocalíptico, parecido a lo que estamos viviendo ahora. Entonces, esos son los planteamientos a nivel visual: el circo y la pandemia”, explica Philippe Legler, director de arte de la obra.    

De repente, en medio de la gran carpa que ocupaba casi toda la tarima del magno escenario, aparecieron tres personajes, vestidos con túnicas negras que suscitaban cierto misterio. Danzaban alrededor del vellocino de oro, el reconocido animal de la mitología griega, y se movían como si estuvieran remando en una barca. A ellos se sumaron una mujer de circo barbada, muy estereotípica de las manifestaciones circenses, y otro hombre de pelo largo, gafas oscuras, un blazer rosado y lo que parecía ser un bastón. 

Todos se congregaron en torno al rey, quien estaba sentado en un trono que sobresalía en medio de todos. Aquel tenía un vestido violeta abrillantado, que exhibía poder y extravagancia. Rápidamente, el equipo de Teatro del Embuste instaló una cuerda floja con la que continuaría la puesta en escena.

“Esta es una adaptación de la la tragedia griega de Medea, de Eurípides, que incluye elementos del circo, la danza y la música en vivo, y reflexiona sobre la traición, no solo sentimental, sino a los principios y al arte; a ese espíritu itinerante del circo”, señaló Matías Maldonado, director y dramaturgo del Teatro del Embuste

Con muchos movimientos en círculos y acrobacias continuó esta obra, ganadora de la Beca de Creación Multidisciplinar en la categoría de Larga trayectoria de los teatros Jorge Eliécer Gaitán y Mayor Julio Mario Santo Domingo, cuyo propósito es fomentar la creación y circulación de dos obras multidisciplinares que integren mínimo tres áreas artísticas (danza, teatro, música, artes plásticas, artes visuales, literatura y tecnología, entre otras) para presentarse en estos dos escenarios del Instituto Distrital de las Artes - Idartes. 

Cada escena estaba acompañada por un trombonista vestido de cirquero, que le daba mucho más suspenso y emoción a cada una de las intervenciones actorales. Medea, una de las protagonistas, interpretaba cada línea con tal vehemencia y compromiso que no podía evitar que las lágrimas brotaran en medio de su intervención. "Perfecto, queda", gritó el director refiriéndose a la excelencia con que se llevó a cabo la escena.

De fondo, se escuchó un aplauso de todo el equipo de Teatro del Embuste en el Gaitán, que se prolongó durante varios segundos. “Gracias a todos. Excelente trabajo”, se le oyó decir a su director Matías Maldonado, mientras se cerraba el telón y se apagaban las luces que fueron testigo de esa obra que retrata la tragedia de Medea, en un lenguaje circense dancístico y musical.   

Por: Sebastián Hernández Noreña