El Programa Crea: Sembrando semillas, literal y metafóricamente
“Que tengo que confiar mí misma para hacer las cosas”, responde sin titubear María Alejandra Farfán Pedraza cuando le preguntan qué es lo que ha aprendido a Crea. Y es que como explica su madre Paola Andrea Pedraza Rodríguez, pese a que la niña de 8 años ingresó al programa a inicios de 2020 “justo 15 días antes de la pandemia”, más que aprender sobre artes plásticas, esta experiencia le ha permitido adquirir habilidades para la vida.
“Este espacio no solo le ha permitido a María Alejandra, sino a mí y a mi otra hija que tiene dos añitos, explorar por medio de la expresión artística aspectos que ni nosotras mismas conocíamos”, dice la madre.
Para esta familia, hacer parte del Programa Crea, justo en la coyuntura actual, no ha significado un problema. Por el contrario, para ellas, ha sido más que beneficioso porque les ha permitido compartir tiempo de calidad juntas y aprender nuevas destrezas, ya que los cursos tienen un amplio enfoque.
“Eso ayuda no solo a cumplir un espacio diferente a la academia (…) sino que le permite a uno relajarse, tener ocupada la mente en este tiempo tan complicado que ha sido estar encerrados. Son actividades que nos permiten distensionarnos y estar en familia”, añade Paola Andrea.
Esta afirmación es apoyada por la pequeña María Alejandra, quien indica que “Estar con mi familia es lo más importante para mí y me gusta que mi mami me acompañe”.
Y es que los ejercicios en el grupo de artes plásticas al que pertenece María Alejandra, si bien abarcan expresiones como el dibujo y la pintura, también incluyen actividades como la siembra de plantas, lo que precisamente posibilita aún más la integración familiar.
“Plantamos tres semillas pero cuando las trasplantamos se murieron dos. El primer día de las semillitas yo les cantaba la canción porque es una canción suave pero muy bonita”, explica María Alejandra.
Para ella, el acto de cantarle a sus plantas era de vital importancia para que crecieran sanas y saludables. Pues, según la menor, al igual que los niños que cuando son tratados con amor crecer grandes y fuertes, las semillas que son tratadas con la misma sutileza, germinan radiantes.
“Era importante para mí para que crecieran, porque ellas nos dan la vida, nos dan la respiración, si las matamos ya no hay aire y nos podemos morir”, añade la María Alejandra.
Sin embargo para su madre, más que sembrar plantas de fríjol o aguacate, lo que más agradece del Programa Crea es que haya sembrado en su hija la semilla del arte.
“El Programa Crea ayuda a cultivar esa semillita de la cultura, de la creatividad, de expresar a través del arte todas estas emociones. Adicional es un espacio que le permiten a los niños un aprendizaje que no es momentáneo sino significativo, los ayuda a formarse y cultivar esos valores para una mejor sociedad”, agrega la orgullosa madre.
Y es que para Paola Andrea Pedraza, uno de los cambios más importantes que ha visto en su hija, no es solamente el desarrollo de habilidades técnicas en las artes plásticas, sino la gestión de sus propias emociones.
“Ella siempre ha expresado sus sentimientos pero a raíz que estamos en el Crea, ha aprendido a canalizar sus sentimientos y a expresarlos de una forma más adecuada. Por ejemplo ella fácilmente se ponía de mal genio y expresaba ese mal genio de una forma más explosiva, desde que estamos en el Crea ella ha aprendido a expresar sus sentimientos de una forma más calmada”, explica.
Finalmente, Paola Andrea Pedraza recalca la importancia del Programa Crea para los habitantes de Bogotá e invita a todas las madres y padres a hacer parte de este programa del Instituto Distrital de las Artes.
“Me parece importante el programa porque es un espacio que permite desarrollar ese enfoque cultural en los niños y jóvenes que es muy importante hoy en día. (…) debemos aprovechar que es un espacio gratuito y no todos los hogares tienen las condiciones económicas para acceder a un programa de estos. Cuando uno se encuentra con el Crea y ve estas oportunidades, uno se queda sencillamente fascinado de la manera como ellos aprenden, de ese amor con que los maestros nos han expresado y ha permitido sembrar esa semillita de creatividad”.