La música, el cartelismo y las proyecciones se tomaron el Gaitán
Crónicas

La música, el cartelismo y las proyecciones se tomaron el Gaitán

Una noche en que las artes volvieron presencialmente al Gaitán. Una vez más en que el emblemático escenario hizo historia. 

La carrera séptima, a la altura de la calle 22, donde está ubicado el Teatro Municipal Jorge Eliécer Gaitán, estaba abarrotada de vallas, a través de las cuales transitaban curiosos que ponían su atención en el emblemático escenario de Bogotá, desde donde sonaba música electrónica experimental del colectivo de artistas visuales Niebla Media Art.

Aquellas luces iluminaban en frente del teatro una gran variedad de ropa interior femenina, en cuyas telas se leían mensajes bordados que denunciaban la violencia contra la mujer. Había sostenes bordados con ojos pintados, 'cucos’ con líneas que evocaban llamas de fuego y aves volando, en una gran variedad de colores y texturas.

Se trataba del Manifiesto del brasier y solo cuco, una exposición del colectivo Ardidas; una creación colectiva en torno al bordado que se ubicó justo en frente de la entrada del Gaitán. “Nos reunimos a bordar ‘cucos’ y brasieres. El manifiesto nació inspirado en el trabajo de la artista bogotana queer María Montoya, quien ha desarrollado trabajos en artes visuales sobre las violencias de las que ha sido víctima a lo largo de su vida. Este año quisimos sacar la exposición como una manera de reivindicar la calle, que en muchas ocasiones es muy hostil con las mujeres”, dijo Lorenza Vargas, integrante de Ardidas. Esta era una de las muestras que hizo parte de Gaitán al aire Vol. 2, un evento de este escenario del Idartes en el que se dieron, la música, las proyecciones de ilustraciones y el cartelismo.

Al entrar al callejón de exposiciones del Gaitán, los colores, las ilustraciones y los mensajes políticos se volvieron el centro de atención. Se trataba de Por la causa latinoamericana, otro de los espacios que abrió el escenario del Idartes, a propósito de Gaitán Vol. 2, y que estará abierto al público hasta marzo del 2021. La exposición cuenta 72 artistas latinoamericanos, que por medio del cartelismo hacen una reflexión sobre las protestas y los movimientos sociales en América Latina.

En el centro del callejón, donde está descubierto el techo, podía apreciarse un mural del prócer de la patria a quien este escenario del Idartes debe su nombre. Jorge Eliécer Gaitán, el caudillo de mediados del siglo XX, plasmado en aquella pared en medio de rosas, con su popular imagen levantando la mano vehementemente.

Los visitantes de la exposición (escasos por las estrictas medidas de bioseguridad que implementó el escenario),  transitaban por el callejón lentamente, atraídos por los colores, las formas y los mensajes políticos. Tomaban fotos, señalaban algún detalle que su acompañante no hubiera visto y comparaban unas con otras. Muy organizados y manteniendo el distanciamiento social, salieron del callejón de exposiciones para congregarse en frente del Gaitán, más exactamente en la marquesina, pues la música comenzaba a tomarse aquel espacio del emblemático escenario.

Sonaba Jay Bird, un artista local de blues que acompañaba la exposición que estaba teniendo lugar en el callejón, cuyos acordes encendieron al público que comenzó a congregarse y a dirigir su mirada hacia esta parte del Gaitán. Tanto, que se escuchó decir, en medio de la presentación musical, "otra, otra". Sin duda, una muestra musical que avivó el ambiente de la exposición de cartelismo y de los vendedores ambulantes, jóvenes y adultos que por allí transitaban. Entre tanto, se apreciaban en la fachada las proyecciones ilustradas que estuvieron a cargo del Estudio Toquica además de la proyección de filminutos de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño.

Una noche fría fue testigo de la intervención musical y de cómo los espectadores comenzaban a despojarse de la baja temperatura por medio del baile. Algunos compraban algo de mecato para mirar hacia la marquesina, como hipnotizados por los sonidos bluseros que emitían la guitarra eléctrica y el contrabajo. Una noche en que las artes volvieron presencialmente al Gaitán. Una vez más en que el emblemático escenario hizo historiaa. 

 

 Por: Sebastián Hernández Noreña