Encuentros de MC’s: la palabra como principal insumo

Valiéndose de fragmentos de canciones ya grabadas y producidas, conocidos como samples, los DJ’s y beatmakers de rap se han encargado históricamente de producir las bases instrumentales y los beats. Sobre estos, los Mc’s han dejado fluir la improvisación de versos y rimas, cuyos contenidos han reflexionado desde los años setenta sobre el racismo, la cotidianidad, el amor, las drogas, la delincuencia, la política y hasta la filosofía. 

Esa habilidad oral, en la que muchas veces reside el sentido de la canción, ha sido uno de los principales insumos cuando se trata de componer o improvisar temas de rap. El afianzamiento de esa destreza desembocó hace algunos años en el nacimiento de las peleas de gallos, un formato del rap en el que dos MC’s se enfrentan en una batalla, en la que la única arma es la palabra improvisada. También, esa pericia con la palabra hizo un aporte inédito al género, se convirtió en el medio para sincronizar ideas entre MC’s y desarrollar proyectos musicales más robustos y ricos en lenguaje. Este último fue el caso de algunos MC’s bogotanos, quienes se le midieron a colaborar musicalmente en un experimento del Teatro Jorge Eliécer Gaitán. 

Todos estuvieron de acuerdo en que había que dejarlo fluir. Algunos ya conocían el trabajo del otro, así que se identificaban con ciertas líricas y beats. No fue fácil: a veces el resultado era bueno para unos y no tanto para otros. Pero lo hicieron. Cinco de los MC’s más destacados de la escena bogotana del hip hop, N. Hardem, Spektra de la Rima, Mismo Perro, TSH Sudaca y Ruzto se dieron a la tarea de versionar canciones de sus colegas, con la idea de hacer un experimento creativo que les diera nuevos aires y sonoridades a sus proyectos.

La dinámica consistía en que cada uno de los MC proponía una o dos canciones de su repertorio, de modo que los demás hicieran un aporte, bien fuera lírico o instrumental, para hacer una nueva versión o un remix de la canción original. Conjuntamente se encargaban de definir el estilo de los beats y la temática y, normalmente, quien proponía la canción era la cabeza del experimento. Aunque hubo momentos de tensión y disenso, lograron establecer un diálogo paulatinamente, que tuvo como producto final ocho nuevas versiones y colaboraciones grabadas de algunos de los temas más sobresalientes de estos Mc’s.

N. Hardem, por ejemplo, MC, performer y beatmaker, cuyo trabajo musical está por cumplir una década, escogió la canción Otro agosto, una de las más conocidas de su repertorio, por ser un canto a la permanencia y la perseverancia e intentar ser un paisaje esperanzador en medio de los momentos difíciles. TSH Sudaca y Spektra de la Rima se involucraron muy bien con las líricas, y desde sus casas hicieron sus aportes para desarrollar un performance en vivo de la canción original, esta vez en una versión slow soul ambientada por los beats de Ruzto.

Pero no todas fueron canciones de su autoría. El grupo de MC’s se le midió a hacer un mashup (una canción nueva con pedazos de otras)  en el que cada uno hizo un aporte de versos sueltos que cobrarían sentido sobre un beat instrumental producido por Rutzo. La idea era que los cinco MC’s cantaran una canción juntos, pues los demás temas que conforman el experimento habían sido colaboraciones entre uno y otro. Dada la coyuntura, lo más difìcil y al mismo tiempo más divertido del proyecto, dice Hardem, fue lo referente al desarrollo técnico de la propuesta, pues a veces la tecnología y los equipos jugaron en contra y afectaban los tiempos y los sonidos.

El grupo de MC’s, en un ejercicio de ensayo y error constante, van a acompañar al público virtualmente con el resultado de este experimento: ocho nuevas versiones o remixes de los temas clásicos de Spektra de las Rimas, N. Hardem, Mismo Perro, Rutzo y TSH Sudaca. El próximo 22 de mayo a las 7:00 p.m., a través de la web www.idartesencasa.gov.co, los artistas bogotanos llevarán a cabo, desde sus casas, una puesta en escena que propone nuevos sonidos y nuevas miradas de los temas de rap que ya conocemos.

Por: Sebastián Hernández Noreña