Crónicas

Cuando quedarse en casa no es seguro

Datos recientes confirman que la violencia contra las mujeres dentro del hogar ha aumentado de manera exponencial.
Imagen de la sesión 2 del taller El cuerpo y las cosas
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Las cifras son alarmantes, desde que se implementaron medidas de distanciamiento social, el número de denuncias de mujeres violentadas ha aumentado de manera exponencial. El estrés económico; la incertidumbre y ansiedad; el encierro y la distancia social de vecinos y familiares, factores inherentes a la crisis, incrementan el riesgo de comportamientos violentos dentro del hogar y deja a las víctimas desprotegidas.

En Bogotá, según datos de la Secretaria de la Mujer, la Línea Púrpura, que brinda orientación y atención psicosocial a mujeres víctimas de violencia, ha registrado casi tres veces más llamadas y mensajes de WhatsApp que las que recibía antes de la cuarentena.
Sin embargo, esta situación no exclusiva de la capital colombiana. Cifras similares se han registrado en varias zonas de Colombia y en otros países de la región, así como en el continente europeo.

Por ejemplo, en Perú, tras ocho semanas de confinamiento, se registraron 12 feminicidios y 226 violaciones, de las cuales 132 eran menores de edad. Mientras que en Argentina desde que fueron implementadas las primeras medidas de restricción por la pandemia del nuevo coronavirus Covid-19, se registraron 45 feminicidios. En México, las llamadas de emergencia a la Red Nacional de Refugiados, una ONG mexicana que atiende a mujeres víctimas de violencia, han aumentado en un 60% desde el comienzo del período de confinamiento.

¿Quedarse con los brazos cruzados?

Cada vez que Carolina Chávez, artista formadora del programa Crea, veía una de estas noticias, la invadía una sensación de desazón e impotencia. “Me preocupé mucho por la situación que están viviendo todas las mujeres. En todas las noticias del mundo empezaron a decir que habían aumentado las cifras de violencia contra las mujeres”, recuerda.

Sin embargo, Carolina es una mujer de armas tomar. Entonces en lugar de quedarse de brazos cruzados, decidió contactar a su amiga y artista plástica, Sasha Cano y a Óscar Orjuela, orientador de la línea Converge Crea, para diseñar un taller multidisciplinar inspirado en aquellas mujeres que estuviesen encerradas con su agresor en estos tiempos de aislamiento social.

“Ver esas noticias fue lo que más me motivó en decirle a Óscar y a Sasha que hiciéramos este taller. Cómo es posible que alguien esté encerrado con su agresor y no tenga una voz de aliento. Este taller no le va a cambiar la vida a muchas personas, pero es una voz de aliento para aquellas que nos escuchan, para que sepan que no estamos solas y que vamos a construir en colectivo”, explica Chávez

Así que durante poco más de un mes, ambas artistas se dedicaron de lleno a estructurar un taller que nombraron El cuerpo y las cosas y que consta de 8 sesiones, cuyos ejes centrales son el amor, el respeto y la comprensión.

Tanto para Sasha Cano como para Carolina Chávez, era de vital importancia que “las artes y el teatro sirvieran para hacer catarsis”. Sin embargo, esto no implica que para cursar el taller sea necesario tener conocimientos académicos en arte, pues El cuerpo y las cosas está diseñado para trabajar con diferentes medios como la costura, la pintura, el collage, la palabra, pero sobre todo, el cuerpo.

Por ejemplo, en Yo y mi otro yo, la sesión dedicada al autoconocimiento, las artistas formadoras invitan a las mujeres del curso a reconocerse a sí mismas y representarse utilizando la estrategia de la mirada externa. Para ello, las participantes deben observar con atención su rostro en un espejo y luego dibujar sobre esta superficie sus rasgos más significativos. Posteriormente, basadas en la imagen resultante, las mujeres continúan el ejercicio, creando una máscara utilizando materiales que tengan en casa, como cartón, retazos de tela, revistas viejas, entre otros.

“Es un taller pensado para que la mujer que está en casa, pueda resolverlo y pueda hacerse partícipe de todos los procesos de reflexión que proponemos desde el arte. Hablamos de la autoestima, de reconocernos a nosotras mismas, a las relaciones con nuestros familiares”, afirma Chávez.

Hasta el momento, El cuerpo y las cosas cuenta con 10 mujeres inscritas, quienes afortunadamente, no están conviviendo con agresores. Los rangos de edad son diversos, así como las profesiones y oficios. Por ello, el equipo que diseñó el taller, hace hincapié en que este espacio está planteado para cualquier persona que se sienta mujer, sin importar si se encuentra aislada con su agresor o no, ya que el objetivo del mismo, es el fortalecimiento de la autonomía de las mujeres. Es decir, brindar herramientas para que las mujeres tengan un mayor dominio y control sobre su propia vida, las circunstancias que la rodean y los elementos que forman parte de ella.

“Tomar decisiones por sí misma de manera crítica, que la mujer pueda darse su lugar y que pueda pensarse en una sociedad como un ser pensante, sintiente y capaz de tomar decisiones”, añade Chávez.

Asimismo, la artista formadora hace una invitación a que las mujeres construyan una nueva imagen de sí mismas y dejen atrás las cargas sociales de estereotipos de género.

“Las anulaciones que se hace uno mismo, como a uno siempre le han dicho que no puede sola, que no es tan fuerte, que no es tan inteligente… entonces uno cree que solo no puede y eso sí lo tengo claro, uno no se puede anular a uno mismo. Esa es una cuestión que nosotras debemos empezar a cambiar”, recalca Carolina.

Finalmente, la artista formadora le recuerda a todas las mujeres que el taller El cuerpo y las cosas, está pensado para personas con diversos estilos de vida y que quienes deseen inscribirse pueden hacerlo de manera gratuita a través de la página Crea en casa.

 

Sobre la línea Converge Crea del programa Crea

El propósito es generar procesos de transformación social en poblaciones diferenciales, a partir de la experimentación artística para construir nuevas realidades a través del pensamiento creativo y lograr procesos de reparación simbólica individual y colectiva.

Los participantes son poblaciones con características específicas: habitantes de calle, personas privadas de la libertad, adultos mayores, personas con discapacidad, niños y jóvenes con capacidades diversas, grupos de población afro, grupos indígenas, grupos LGBTI, mujeres en sistemas de protección especial, adolescentes del sistema de responsabilidad penal, víctimas del conflicto armado, entre otras, a quienes se ofrece la posibilidad de transformar sus vidas a través de los procesos de creación artística.

Ante la emergencia Sanitaria frente a COVID-19, el programa Crea y la línea Converge Crea, que atiende a ciudadanos de 18 localidades de Bogotá, está desarrollando sus procesos de formación en Crea en casa, un aula virtual creada para darle continuidad a las actividades de formación y creación artística.

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