El arte y la memoria a disposición de las comunidades
Arte y Memoria sin Fronteras es la nueva consigna de la línea estratégica para el Instituto Distrital de las Artes - Idartes, proyecto que busca fortalecer los lazos de confianza de comunidades y territorios priorizados.
Durante mucho tiempo, alrededor del mundo, se han evidenciado desigualdades sociales y entre estas desigualdades que no han sido tan visibles, está el difícil acceso que tiene la población vulnerable a la oferta artística y cultural; muchas de las personas que residen en los territorios de vulnerabilidad han pasado por procesos de desplazamiento forzado, lo que no solo ha generado que estas prácticas esenciales sean abandonadas dentro de las cotidianidades de las personas, sino que estas pierdan parte de sus costumbres, sus valores, sus principios y sobre todo las posibilidades de replantear otros mundos posibles.
Por esta razón, la Línea Arte y Memoria sin Fronteras ha priorizado para este cuatrienio territorios con características de vulnerabilidad y difícil acceso a la cultura, como los territorios rurales de Suba, Chapinero, San Cristóbal, Ciudad Bolívar, Sumapaz y Usme, asimismo los bordes de Bosa, Ciudad Bolívar, Soacha, Suba, Usaquén, Santa Fe, La Candelaria, Mártires y Rafael Uribe Uribe, entre otros. Estas localidades serán impactadas con la intención de promover escenarios de participación desde el arte y la cultura.
Al mencionar la priorización de los territorios, es de recordar que muchas de las personas que habitan en estos lugares, no son de la capital, son desplazados, ahí radica uno de los motores de este proyecto que centra sus esfuerzos en la salvaguarda de sus raíces, culturas y costumbres, y que al mismo tiempo, pretende disponer el arte como un elemento transformador para la construcción de nuevos escenarios, donde prime la sana convivencia y se desdibujen las acciones del conflicto, teniendo como enfoque principal la importancia de la memoria individual y colectiva en los procesos de reconciliación.
“Cuando las comunidades y las personas están fuera de sus territorios, en este caso en las periferias, en los bordes de ciudad y en los barrios populares de Bogotá, para nosotros es de enorme importancia cuando se inicia un nuevo colectivo, una experiencia o una práctica artística y cultural, porque es allí donde no solo renacen y se recuperan los derechos culturales, sino que hay un intento por conservar la memoria, la reconciliación y posiblemente una reparación simbólica. Uno de los grandes retos de la línea Arte y Memoria sin Fronteras es fortalecer, potencializar, ayudar a visibilizar y reconocer prácticas artísticas y culturales comunitarias desde los territorios locales”, afirma Daniel Bejarano coordinador de la línea al mencionar la importancia de apoyar los grupos artísticos que emergen de los territorios en mención.
Es de resaltar que para la adecuada intervención, esta línea estratégica tiene como base, enfoques colaborativos y participativos, cuyas metodologías son cercanas a los procesos, experiencias e iniciativas sociales, artísticas y culturales comunitarias de los territorios; buscando la plena participación de las ciudadanías, las comunidades y diversos sectores, en especial mujeres y jóvenes.
Daniel Bejarano refuerza esta idea al manifestar que el arte a escala comunitaria trae consigo grandes y palpables trasnformaciones.“El arte comunitario por sí solo es un escenario de transformación, porque implica la colaboración y participación de otros, en este caso, de la comunidad y de los habitantes de un territorio determinado, donde además se genera una importancia del contexto social de las prácticas artísticas y culturales, y una implicación del público, más allá de ser simple espectadores”.
De este modo, y de acuerdo con las necesidades y las realidades sociales latentes de los territorios, se estarán desarrollando para el cuatrienio tres líneas de acción:
Circuitos artísticos y culturales comunitarios, geográficamente estos circuitos atraviesan barrios, localidades y/o territorios fronterizos de Bogotá.
Apoyo a iniciativas artísticas comunitarias, que busca hacer visibles las acciones transformadoras y las experiencias de resiliencia y resistencia que generan alternativas de resolución de conflictos, en especial el aporte de las mujeres al preservar el tejido social, la memoria, la reconciliación y reparación simbólica desde los territorios.
Y promover Laboratorios de los comunes y la creación del Festival Arte y Memoria Sin Fronteras, que potencializarán las acciones artísticas participativas y de autogestión cultural en los territorios, por medio de dichos Laboratorios, mediante espacios de encuentros permanentes de cocreación artística. Asimismo, se realizará el Festival Arte y Memoria Sin Fronteras, no solo para visibilizar los resultados y productos de las acciones de la línea sino para fortalecer la articulación de iniciativas artísticas y culturales comunitarias, robusteciendo las formas de expresión simbólica y colectiva.
Convocatorias abiertas de Arte y Memoria sin Fronteras
Una de las maneras de vincular y apoyar estas iniciativas es al través de las becas que ofrece la línea; entre las que se registran abiertas a la fecha están la Beca de Idartes Rural, que ofrece la oportunidad de realizar proyectos artísticos y culturales con las comunidades rurales de las localidades de Chapinero, Santa Fe, Usme, Suba, Ciudad Bolívar, Usaquén, San Cristóbal, y Sumapaz, esta beca hará entrega de 4 estímulos cada uno por un valor de $10.000.000. Fecha de cierre, 30 de junio del 2020.
La Beca Festivales al Barrio, que brinda la posibilidad de realizar un festival con enfoque territorial de artes plásticas, cine, literatura, danza, teatro, música y/o que involucre más de dos áreas artísticas, en las localidades de Bogotá, hará entrega de 6 estímulos cada uno por $15.000.000. Fecha de cierre 30 de junio del 2020.
Por Lina Vásquez
