Acordeoneras se encuentran en sus recuerdos del vallenato
Aunque no todas se conocen personalmente, tienen en común su pasión por el acordeón, uno de los instrumentos insignia del vallenato y de la región Caribe colombiana. Maribel Cortina, quien fuera acordeonera de la legendaria artista Patricia Teherán y su agrupación femenina Las Diosas del Vallenato; Aura Castellar, cantautora y docente monteriana; Mimi Anaya, cantante y compositora, y Andrea Argote, acordeonera desde los 9 años y músico de profesión, se encuentran en la música y en este universo particular, con el que se identifican millones de colombianos.
No solamente se trata de interpretar un instrumento o de cantar, sino de disfrutar la cultura vallenata y su historia. Para ellas, hay algunas canciones que son infaltables en cualquier concierto, bien sea por lo que su contenido lírico expresa, porque suscita en ellas algún tipo de recuerdo o porque invita a la fiesta y al baile. Una de esas es Matilde Lina, el afamado tema del compositor Leandro Díaz, en el que estas cuatro acordeoneras concuerdan al decir que es una de las composiciones más bellas del género. “Antes, el vallenato enaltecía a la mujer, a diferencia de ahora”, dice enfática Maribel Cortina, nacida en El Difícil, en Magdalena, uno de los pueblos con las temperaturas más altas de Colombia.
“Fue una de las primeras canciones que toqué en público, así que me trae muchos recuerdos de cuando estaba empezando. Además es muy interesante ver que la escribió un hombre que no podía ver y aún así hizo poesía”, agrega Andrea Argote, oriunda de Agustín Codazzi, Cesar. En esta canción, Leandro Díaz, ciego de nacimiento pero con una gran sensibilidad lírica y musical, le rinde un homenaje a la mujer que cautivó su corazón; a quien en los versos finales le dice “cuando Matilde camina, hasta sonríe la sabana”.
Deleitada por la melodía y una letra desbordante de emociones, Argote dice que Historia de amor, del compositor Nelson Fuentes, es otra de esas canciones que no pueden faltar. Aquella, como tantas otras, ha acompañado las alegrías y las tristezas; los amores y desamores de miles de colombianos. Además de las letras sentidas y emotivas, dice Aura Castellar, de Montería, Córdoba, están también aquellas canciones que invitan al baile y la celebración, sin dejar de incluir un mensaje profundo y reflexivo. Este es el caso de La vieja Sara, la composición de Rafael Escalona, cuya letra alude a la legendaria comadre de la región, madre del compositor Emiliano Zuleta.
Por su parte, Mimi Anaya, acordeonera, cantante y compositora, oriunda de Montelíbano, Córdoba, dice que La espinita es una de las canciones vallenatas que más le gustan, pues contiene una letra muy visceral y fiel a la realidad del amor y las relaciones. El cóndor legendario, de Alfonso Molina, también está entre sus afectos, por ser éste un tema muy bien estructurado musicalmente y por cantarle a la soledad y al inexorable paso del tiempo.
Para las cuatro, el vallenato es un tema interminable y, por eso, para disfrutar de una conversación nocturna con estas talentosas mujeres, la Sala Gaitán invita a la Noche de acordeoneras, una iniciativa de este escenario del Idartes, que tendrá lugar el próximo 6 de agosto a las 8:00 p.m. y estará disponible a través de las redes sociales del Teatro Jorge Eliécer Gaitán e idartesencasa.gov.co. Una velada para celebrar el cumpleaños de Bogotá al ritmo de una música popular que, aunque no nació allí, es disfrutada por la mayoría de sus habitantes.
Por: Sebastián Hernández Noreña