Miss Maura Watson, embajadora de la memoria raizal
“Hello, good evening! Así, con todo el sabor y la energía raizal”, exclama Maura Watson Fox, oriunda de San Andrés y residente en Bogotá hace cerca de 40 años. Ella pertenece a la única etnia afrodescendiente que se mezcló con ingleses, franceses y holandeses en Colombia: los raizales.
Fue su propia experiencia, la de tener que salir de la isla hacia Barranquilla para recibir educación universitaria, la que la motivó a unirse con otros raizales lejos de su tierra para formar la Organización de Raizales Fuera del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (ORFA) con el fin de que otros colombianos conocieran sus tradiciones y aprendieran de su cultura ancestral y su lengua materna, el creole. Ya lleva más de 15 años en esa tarea. Hoy es la vicepresidenta y, junto con otros 400 miembros, conmemora cada primero de agosto el Día de la Emancipación Raizal, el día en que su comunidad fue libre, y al que se une la unidad de gestión de Grupos Étnicos del Instituto Distrital de las Artes – Idartes.
En medio de la situación actual por cuenta del Covid-19, el encuentro de este año será virtual. Miss Maura, como la conocen, viste traje azul cobalto, una pañoleta estampada de seda anudada al cuello y un sombrero de ala media que, dice, es uno de los accesorios que más usa. Desde su casa en Bogotá, cuenta por qué esta fecha es importante y nos habla de su comunidad.
¿Cómo es la comunidad raizal y cuál es su situación actual?
Los raizales somos muy unidos, estemos donde estemos. Le rendimos tributo a nuestros ancestros, creemos que a la familia hay que quererla y hay un respeto por los mayores. Tenemos nuestra lengua propia, el creole, y eso en años anteriores nos causaba dificultad para comunicarnos. Hoy hay muchas personas interesadas en aprender la lengua —yo dicto clases, por ejemplo— y eso ha facilitado las cosas. Actualmente somos 1350 raizales residentes en Bogotá.
¿Qué se conmemora el Día de la Emancipación Raizal?
La libertad de la esclavitud y nuestra espiritualidad. El 1 de agosto de 1834 fue el día en que se firmó el acto de la declaración de libertad de los primeros esclavos en el archipiélago. Los raizales fuimos esclavizados por empresas coloniales diferentes a la española, por lo que tenemos una lengua distinta, una lengua de resistencia, porque los esclavos la hablaban para que los amos ingleses y franceses no les entendieran cuando estaban en el campo.
¿Cómo se relaciona esta fecha con la espiritualidad?
Por la entrada de la Iglesia Bautista a Colombia, fundada por Philip Beekman Livingston Jr., en San Andrés. La mayoría de los raizales somos bautistas, nos congregamos los domingos, tenemos puntos de oración los miércoles y cantamos en el coro. Adonde llega un raizal busca la Iglesia Bautista porque sabe que va a haber otro raizal allí.
También conmemoran la Semana Raizal. ¿Cómo es ese encuentro?
A finales de octubre, cuando la conmemoramos, tenemos varias actividades que incluyen programación académica y de memoria —para que los jóvenes no olviden el por qué se celebra—, muestras gastronómicas de la cocina tradicional, un reconocimiento a un raizal que haya estado trabajando por la cultura desde hacía mucho tiempo y un encuentro espiritual en la Iglesia Bautista porque el raizal es místico y es la celebración de su culto.
¿Y de qué manera celebra?
Con cantos y danzas: el calypso, la mazurca, el shotis y la polka. Los muchachos de ORFA se presentan, hacen varias actividades, y nos acompaña el grupo de música Red Crab, sanandresanos radicados en Bogotá y que fusionan ritmos autóctonos. Ahora estamos en búsqueda de un salón para ensayar. También, comemos Ron Down, nuestro plato a base de coco con pescado de mar, caracol, tubérculos y dumplings (masitas de harinas de trigo y leche de coco), aunque algunos le ponen hasta cangrejo. Eso fue, para mí, lo que más extrañé de la isla en mi época. Ahora con la comunidad en Bogotá hay unos jóvenes que cocinan delicioso. Ya dirá la vida cuándo nos volveremos a encontrar.
¿Quiénes son los raizales?
Es la población nativa de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, descendientes de la unión entre europeos —principalmente ingleses, españoles y holandeses— y esclavos africanos. Se distinguen por su cultura, lengua (creole), creencias religiosas (iglesia Bautista) y pasado histórico similar a los pueblos antillanos como Jamaica y Haití. La Constitución Política de 1991 hace referencia a dicha población en el artículo 310, de igual manera la Corte Constitucional en las Sentencias C - 530 de 1993 y C 454 de 1999. Dada su especificidad cultural ha sido sujeto de políticas, planes y programas socioculturales diferenciados de otras comunidades negras del continente colombiano.
En Bogotá se ubican en las localidades de Chapinero, Fontibón, Teusaquillo, San Cristóbal, Barrios Unidos, Usaquén, Tunjuelito y Puente Aranda.
Por Lorena Machado Fiorillo