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El litoral de la serenata en Colombia

En la Avenida Caracas, a la altura de la calle 55, se encuentra “La Playa”, lugar al que muchos acuden para contratar serenatas.

En la Avenida Caracas, a la altura de la calle 55, costado oriental, se encuentra “La Playa”, lugar al que muchos acuden para contratar serenatas de músicas populares. 

Hablando con Guillermo Modesto, músico y miembro del gremio de los artistas populares en Bogotá, nos adentramos en la historia y la dinámica de este lugar y sus músicos, quienes ante la situación actual tienen su trabajo detenido.

Guillermo, ¿desde cuándo existe “La Playa” y cuál es su historia?

“La Playa” fue fundada por los mariachis. Nació hace 50 o 60 años, fundada por músicos que antes trabajaban en un centro artístico llamado Camucol y que quedaba en donde hoy en día queda la Empresa de Teléfonos de Bogotá. Allí, en la Plazoleta de Las Nieves se reunían todos los músicos en unas casetas donde se atendía a la gente para las serenatas, luego fueron sacados de allí y se ubicaron en La Rebeca, en una casa de dos pisos, durante unos dos años. Al sacarlos de allí se mudaron a la Calle 32 con Avenida Caracas. Camucol era un centro artístico de músicos de cuerda. Allí acudía todo el que quería contratar músicos de cuerda en la ciudad de Bogotá. Hacia 1960, algunos músicos de Camucol fundaron un mariachi llamado Águilas de México. Fue tanto el reconocimiento que tuvieron del público, que no pudieron sostener su estadía en Camucol y se decidió que los mariachis se buscaran un sitio donde solo se manejara la música de mariachi. A raíz de ello, los mariachis se fueron a la calle 55, a una casa de dos pisos donde formaron un centro artístico que se llamó Artistas Unidos. Fue entonces cuando nació “La Playa”. Luego se fueron sumando otros  mariachis porque ya era tanto el pedido que tenían que ya no podían atender toda la clientela, y crecieron al punto en que los mariachis en Bogotá ascienden a 1500 grupos actualmente. Luego otros músicos nos fuimos también para “La Playa”, porque todos los centros artísticos que existieron en Bogotá se acabaron: Camucol, Voces de Colombia, Asomu, El Auténtico Bambuco y Colombia Linda. Cerraron por falencias económicas. Al acabarse estos centros todos los músicos que trabajábamos allí -los músicos populares urbanos en los géneros de mariachi, trio, vallenato, llanero y que somos protagonistas del ícono cultural llamado serenata- no tuvimos otra idea que irnos a “La Playa”, el epicentro actual de la serenata en Colombia.

¿A partir de qué hora del día ustedes están ahí para ofrecer su música?

En época normal, las 24 horas del día hay serenatas en esta ciudad. Hay serenatas de toda índole: de despedida, de reencuentro y de infinidad de eventos que se prestan para el ejercicio de la serenata, hasta el último que es ir a celebrar un entierro, unas exequias. En cualquier momento un cliente desea una serenata a cualquier hora. Como somos varios artistas se atiende en cualquier horario.

Guillermo, ¿cuál es su reflexión sobre la pandemia?

Nosotros nunca habíamos vivido una pandemia, para nosotros esto ha sido terrible porque nosotros no habíamos tenido que soportar un encierro así y el no tener trabajo, porque nosotros ahora mismo estamos inactivos. Sin Covid nosotros trabajamos de domingo a domingo, y  los días más fuertes son jueves, viernes, sábado y domingo. Y cuando hay festivos también se trabaja. De lunes a miércoles también salen muchas serenatas, de cumpleaños, de aniversario, de despedidas, de amor, de infinidad de cosas. No con la misma cantidad de los otros días pero si salen serenatas.

¿Qué significa la música para usted?

La música para mí es la esencia del existir. Sin la vibración musical me sería imposible vivir.