Eduardo Corredor, el hombre oficial de La Media Torta
Una tarde soleada de junio se vio nuevamente a Eduardo Corredor en la calle 18 # 1 – 05 Este. El Teatro al Aire Libre La Media Torta volvía a recibir a uno de sus hijos más queridos. Era el escenario perfecto para recordar la vida del hombre que fue presentador de La Media Torta por 40 años.
Eduardo Corredor (Bogotá, noviembre 21 de 1956) no se acostumbra a la vida sin La Media Torta. Aunque sigue vinculado a ella de forma sentimental, extraña a su público y los nervios que sentía antes de pararse en el escenario más emblemático de Bogotá, que cumplirá 80 años el próximo 13 de agosto y los celebrará con una fiesta para toda la ciudad, una sorpresa que lidera el Instituto Distrtital de las Artes – Idartes, entidad que lo administra.
“Después de más de 40 años de estar frente a un público todavía uno siente cosquillitas en el estómago, cierto estado de nervios, pero eso es parte del cuento, es parte de la responsabilidad que tienes por ese público que tienes al frente. Cuando sueltas las primeras palabras, empieza a tranquilizarse el cuerpo y empieza algo que para mí es una maravilla: la comunión con el público, te conviertes en parte de ellos, y el público se convierte en parte tuya, el público de la Media Torta es un público agradecido, es un público maravilloso”.
Eduardo, el mayor de cuatro hermanos, ha ido a la Media Torta desde su niñez. Su familia cumplía con el tradicional paseo de olla de los domingos; su mamá hacía el sancocho de gallina y su papá los llevaba de paseo a la Media Torta, donde cumplían la cita con el escenario de los bogotanos, sin imaginar que años más tarde él estaría en ese escenario presentando a los artistas más importantes que pisaban tierras colombianas.
Con solo 18 años, Eduardo comenzó su trayectoria profesional, que lo llevó hasta la Media Torta, en la emisora Radio Emisora Mariana, de los padres Agustinos, donde muchos locutores de la época (Gonzalo Ayala, Hernando Perdomo Che, Jaime Fernández) iniciaron. Posteriormente, ingresó al turno de la madrugada de la Cadena Súper como locutor y periodista; desde las 11 de la noche hasta las 4 de la mañana trabajaba como locutor, a las 4 de la mañana pasaba a redactar las noticias para el noticiero de las 6 de la mañana.
“Para mí trabajar en la radio, trabajar como locutor y como periodista, más que un trabajo, era un disfrute y fuera de eso me pagaban”, recuerda.
A finales de los 70’s e inicios de los 80’s, Corredor entró al Grupo Radial Colombiano como disc-jockey y libretista en Emisoras El Dorado, donde tuvo la fortuna de entrevistar a grandes personalidades de la balada como Julio Iglesias, Camilo Sesto, Paloma San Basilio y Raphael, entre otros.
Por recomendación del Ministro de Comunicaciones Camilo Llinás, la directora del desaparecido Instituto Distrital de Cultura y Turismo, María Espinosa, lo contrató como jefe de prensa de la entidad, con lo que tuvo la oportunidad de pararse por primera vez frente al público y tener contacto directo con su audiencia.
“La primera vez que tuve que hacerlo fue en la Plaza de Bolívar, me acuerdo muchísimo, un 10 de noviembre de 1981. Fui a presentar en primera instancia a uno de los grandes baladistas colombianos: Billi Pontoni, quien era el telonero de Julio Iglesias, quien llenó la Plaza de Bolívar”.
En 1981, Corredor fue nombrado Coordinador de Cultura Popular del Instituto, cargo que le dio la oportunidad de viajar durante siete años junto a un fotógrafo y un antropólogo haciendo investigación de todos los festivales y tradiciones musicales de Colombia. Esta experiencia no solo lo formó como presentador sino también como formador de públicos: “Esa es mi labor específica, (…) lo mío era enseñarle a la gente que teníamos danzas folclóricas colombianas, enseñarle a la gente qué era un bambuco y cómo se bailaba, de dónde nacía el bambuco, por qué los instrumentos, por qué la guitarra, el tiple, la bandola”, rememora Corredor.
No se trata de un presentador típico, Eduardo educaba, enseñaba y le daba algo más al público que lo oía. Desde 1981, Eduardo alternaba la presentación en la Media Torta con su cargo de Coordinador de Cultura Popular. Al pedirle que recordara cómo hacía la presentación de un artista en La Media Torta, a lo que no dudó en responder un segundo, evocando el momento en que le dio la bienvenida a la gran Celia Cruz:
“Presentando a la guarachera de Cuba, Celia Cruz: “Señoras y señores, el Instituto Distrital de Cultura y Turismo y el Teatro al Aire Libre la Media Torta, el primer escenario de cultura popular del país, presenta con mucho gusto a una de las más grandes intérpretes de música cubana de la actualidad, la guarachera de Cuba, ¡Azúcar para Celia Cruz!”.
El periodista recuerda cómo La Media Torta se llenaba hasta la Circunvalar, porque en esa época no existían las entidades de emergencia que ahora regulan la cantidad de asistentes y solo permiten 3.500 personas por evento en el escenario administrado por el Idartes. Esto lo considera absurdo, porque afirma que “el público de la Media Torta es el mejor público del mundo, como lo decía Pacheco cuando hacía Sabariedades junto a El Gordo Benjumea, es el más culto y educado que pueda existir, tiene el criterio y el conocimiento de qué es la música, no solo colombiana, sino del mundo, gracias a las presentaciones del Ballet Bolshoi, el Ballet de San Francisco, la Orquesta Filarmónica de Bogotá, la Orquesta Sinfónica de Colombia, los Niños Cantores de Viena y las músicas sinfónicas del mundo que han estado en la Media Torta”.
Hoy, a sus 61 años, este músico, periodista, locutor, percusionista, profesor e investigador solo tiene buenos recuerdos de la Media Torta; este bello espacio significa todo para él, ha sido parte de su vida y le ha dejado una segunda familia, la familia que ha creado cada domingo, la familia compuesta por el Samaria de ébano, el negro Álvaro González, su maestro Jorge Antonio Vega, Gustavo Niño Mendoza, Víctor Hugo Ayala y muchos más que han compartido su amor por la Media Torta y su público durante 40 años.
En la actualidad, Eduardo sigue presentando eventos y espectáculos, es docente de la Universidad EAN e investigador de gestión cultural. Aunque salió de Idartes en el 2016, Corredor sigue ligado a la entidad, luego de unirse al proyecto de Radio Teatro de La Media torta, que busca rescatar este formato tan popular en los años 40 y 50´s.
Eduardo Corredor tiene mil historias de la Media Torta para contar, tiene numerosos relatos sobre artistas que pasaron por el escenario de los bogotanos y tiene un álbum lleno de fotografías junto a su segunda familia, pero la experiencia que unió definitivamente su vida con la Media Torta fue la muerte de su padre.
Eduardo estaba presentando un Salsa al parque en la Media Torta, cuando, casi finalizando el festival, llamó su hermana para avisarle que su padre había fallecido. Santiago Trujillo, el director de Idartes en aquel momento, le pidió que se fuera, pero él prefirió quedarse y cumplir con su deber. Ómar Barrera, compañero de trabajo en Salsa al parque, le informó a la gente de La 33, orquesta que cerraba ese día el Festival, que el padre de Eduardo había fallecido y decidieron rendirle un homenaje a su padre dedicándole la canción María Canela.
“Para mí fue una cosa terriblemente significativa, ese momento es el más triste, pero fue un homenaje a ese viejo que siempre me acompañaba a la Media Torta los domingos, se ubicaba frente al escenario, ya estaba viejito pero él se subía a la Media Torta porque quería verme y quería compartir conmigo, éramos muy buenos amigos con mi padre. Eso es lo que más recuerdo”.
Con lágrimas en sus ojos, Eduardo Corredor se despide y regresa a casa, donde esperará la celebración de los 80 años de la Media Torta, cuando volverá a pararse frente a su público, el mejor público del mundo, el público de su Media Torta.
La celebración de los 80 años de la Media Torta se realizará el próximo 11 de agosto y 9 de septiembre y la programación se dará a conocer en los próximos días.