El cielo no es el límite
La ciencia avanza a pasos astronómicos, los avances tecnológicos sorprenden a los más optimistas, el hito del hombre en la Luna, es una historia de abuelos y la especie avanza en el descubrimiento de nuevas galaxias, nuevos planetas, nuevos desafíos. El Rover Perseveranse llega a Marte después de recorrer millones de kilómetros y el mundo puede verlo en la sala de su casa; al álbum familiar se van agregando los registros de paisajes desérticos fuera de este mundo, supernovas, agujeros negros o planetas rojos, áridos, sorprendentes y la Tierra, sigue girando, impávida, en su galaxia.
Si, la ciencia está avanzando y el avance es de todos, es de la humanidad. Cada vez más la especie toca un cielo que para muchas generaciones solo fue un paisaje y en tanto, en casa, muy cerca de nosotros se abren también las puertas del universo, las posibilidades de descubrir mundos brillantes mucho más allá de todas las fronteras. El Planetario de Bogotá, nos da esas posibilidades.
Siempre mirando hacia adelante, sin siquiera imaginar la posibilidad de detenerse, el escenario astronómico de la capital del país, se moderniza y se ratifica como uno de los espacios científicos y culturales más destacados de su especie al sur del continente. Por eso, este año, como parte de ese proceso comprehensivo que abarca diversas aristas, el Planetario pondrá en escena un nuevo sistema de proyección, con un equipo de última generación: el proyector laser Griffyn 4K32-RGB, que convertirá el domo en un espacio pleno de alternativas.
“Muchos planetarios alrededor del mundo tuvieron que cerrar, pero la apuesta del Distrito ha sido la contraria, ha sido vamos a retornar, vamos a hacer que la cultura realmente se mantenga viva y que las personas puedan gozarse esos espacios de transformación social, que efectivamente logremos esa identificación de la gente con la ciencia a partir de un paradigma en el cual el ciudadano siente y reconoce que la ciencia no es una cosa lejana, que no hay que ir a buscarla a ningún lugar porque la ciencia no está lejos, la ciencia está en lo cotidiano”, señala el físico y astrónomo Carlos Molina, coordinador del escenario científico del Instituto Distrital de las Artes – Idartes.
Y es que el nuevo protagonista de la escena astronómica capitalina, el Griffyn 4K32-RGB de la casa Christie es una maravilla de la tecnología moderna que combina electrónica superior con iluminación laser de última generación, con un sistema de enfriamiento integrado y un método óptico sellado que amplía el rendimiento lumínico y crea, en consecuencia, experiencias visuales sorprendentes, en las que la magnificencia del brillo compite con una excepcional gama de colores.
“Si bien en los planetarios clásicos nos enamorábamos del cielo nocturno con gran fidelidad, en los sistemas digitales como este, podemos realizar viajes inmersivos que pueden llevarnos hasta el corazón mismo de nuestra galaxia o al límite del universo conocido”, señala Molina, explicando que el sistema de proyección adquirido consta de dos proyectores con un brillo de 32000 lúmenes, en resolución 4K, que básicamente “triplican la luminosidad actual”.
El equipo está acompañado de un servidor de última generación que además de controlar el sistema permitirá realizar proyecciones propias e independientes, creadas para este tipo de tecnología, de resolución 4k, desarrollados por las más importantes casas distribuidoras de shows en formato fulldome, o de cúpula completa, del mundo, que estarán al alcance de los públicos de la capital con una imagen de alta resolución y sonido envolvente 7.1, lo que convierte al Planetario de Bogotá en uno de los pocos escenarios de última generación en el mundo.
“Esta tecnología, con esta resolución, por la capacidad de contraste, va a hacer que tengamos en nuestro domo estrellas muy puntuales, que tengamos un cielo muy real, pero, sumado a esto, un software que además de simular el cielo nos permite viajar por el sistema solar, nos permite ver nuestra galaxia, ver galaxias cercanas, ver la fracción más lejana conocida del universo; entonces los viajes que podemos emprender con estos softwares realmente nos presentan este universo en tres dimensiones”, destaca Molina y señala que el equipo que llegará al planetario el segundo semestre de este año se puede alimentar en tiempo real, con producciones propias o de las más reconocidas casas productoras del mundo.
“Es tener astronomía en tiempo real en el domo, entonces el domo se vuelve un simulador muy poderoso del universo y de las noticias del cosmos, pero, además, lo interesante es que a través de este sistema digital no solo tenemos la posibilidad de poner en escena temas de astronomía si no que, siendo un reproductor de video, podemos usarlo para proyectar nuestros propios contenidos. Podemos usar nuestro domo como un laboratorio de experimentación audiovisual y eso es muy poderoso porque pasamos de la idea de un domo para astronomía a la idea de un teatro digital inmersivo en el que caben también el teatro y la danza, por ejemplo, para crear audiovisuales potentes, diversos, maravillosos”, apunta Molina insistiendo en que el nuevo sistema de proyección hace parte de un planetario que está concebido como un todo, como un espacio en el que dialogan las artes y las ciencias a través de rutas integradas que ofrecen experiencias totales, en los que el tema es la vida en el universo, cómo encontrarla, cómo interpretarla, cómo imaginarla.
“Entonces, vamos a tener que hablar de química, de física, de astronomía; vamos a tener que hablar del cambio climático, de la perspectiva filosófica, de las distintas formas de aproximarnos a la existencia de la vida…”, enfatiza.
Las nuevas posibilidades tecnológicas del Planetario, lo afianzarán como un espacio para las ciencias que podrá ser el centro de encuentros de planetarios internacionales, con puestas en escena simultaneas de domos alrededor del mundo, como lo explica el maestro Molina: “Estamos entregándole a la ciudad una ventana a la exploración del universo en tiempo real, una posibilidad de estar ahí, de tocar lo que pasa en términos de descubrimiento espacial, con posibilidades como la de tener los planetarios conectados, conectados con el conocimiento y siendo los escenarios de la puesta en escena de diversos saberes”.
“Estamos llegando a los 10 años de la creación del Idartes y vamos a celebrarlo con toda la ciudad, porque los logros del Idartes en este recorrido, han sido los logros de nuestros artistas, gestores, creadores y de todos los que trabajamos por el arte y la cultura, pero principalmente de nuestros públicos”, señala Catalina Valencia, directora del Idartes agregando que este es un regalo del Idartes para la ciudad, en sus 10 años.
“Esto es tecnología de punta, pasamos a hacer parte de la lista de los planetarios de última generación; esto está en línea con la misionalidad del Idartes y hace parte de todo un esfuerzo articulado que fusiona el arte, la ciencia y la tecnología y que lo hace un escenario único, un lugar de diálogo en el que las protagonistas son las estrellas, pero también hay espacio para las artes visuales, para la música, para la danza”, señala Valencia.
El Planetario de los bogotanos, entra así a una nueva era, a una en la que podemos ver el cielo de París, Ámsterdam o Buenos Aires, pero en la que también es posible proyectar el universo desde nuestras propias cosmogonías, desde nuestras formas de verlo y de vivirlo, desde nuestros colores y nuestros mitos, atravesando nuestros misterios para explicar sus orígenes y reconocernos en él, porque el cielo no es el límite.