Un nuevo universo por explorar
Un nuevo universo por explorar
La primera vez que fui al Planetario de Bogotá era apenas una niña. Fue un momento emocionante, mágico y poderoso. Al estar sentada veía esa gran cúpula, ese gran domo como una inmensidad en la que me perdía; estaba sumergida en las incontables estrellas que me rodeaban. Además, no podía creer que la ciudad tenía un lugar desde donde se podían ver los planetas. Era un descubrimiento, una oportunidad de encontrarme con algo magnánimo.
Hoy en día sigo sintiendo el mismo asombro al entrar, y ahora, con la llegada del nuevo sistema de proyección que estará llegando al domo del Planetario de Bogotá, las experiencias serán aún más inmersivas, reales y profundas. Buscamos ampliar el concepto tradicional de estos centros de astronomía, pues esta tecnología nos traerá la oportunidad de cambiar nuestra referencia y visión del universo. Ya no contemplaremos las estrellas desde la Tierra, sino que contemplaremos la inmensidad del espacio entre ellas, entre las galaxias, los planetas, y otros objetos celestes, como habitantes del universo y no solo desde nuestro planeta.
El domo, central en casi todos los planetarios, nos recuerda un poco esa noción de cómo nos sentábamos alrededor del fuego a observar las estrellas y a partir de ellas formar constelaciones, historias, así como ubicarnos espacial y temporalmente en este pequeño planeta azul que habitamos. Gracias a esto fuimos construyendo comunidades a lo largo de nuestra historia.
Desde el Planetario buscamos ser un espacio seguro para construir comunidades alrededor del conocimiento cultural, científico y artístico. Es importante que las entidades públicas, como el Idartes, estemos en el centro de la discusión y nos dispongamos a ser un sitio para el intercambio de ideas. Es una transición importante que nos permitirá reconocer la gran dimensión social y cultural de la astronomía y la ciencia; que la humanidad también tiene otras dimensiones como la tecnología, que nos ha permitido llegar a las estrellas, y el arte, que nos posibilita reinterpretar el universo.
Recuerdo, además, aquellas experiencias que me acercan a la interdisciplinariedad del arte, la ciencia y la tecnología cuando empecé a estudiar danza. Me interesé mucho por cómo el cuerpo podría moverse en interfaces, cómo podría decodificarse a través de la ciencia y tecnología. Me llamaba la atención cómo podríamos, a través de interfaces, o del cuerpo mismo, producir sonidos.
Esta es apenas una de las infinitas maneras en las que estas tres disciplinas se pueden encontrar. Con la llegada de la Línea de Arte, Ciencia y Tecnología al Planetario de Bogotá, reforzamos todos los cruces que pueden tener, impulsamos la creatividad de los científicos y el empoderamiento de la ciencia por parte de los artistas. Cada vez me impacta más cómo, a través de las nuevas tecnologías, se puede crear arte o intervenir la creación.
Queremos generar espacios para compartir entre pares y aprender de las experiencias de otros centros, una apuesta que hemos ido trazando para conectar a los bogotanos, y colombianos en general, con las distintas representaciones artísticas del mundo. En diciembre de este año, el Planetario de Bogotá será la sede del XII Encuentro de la Asociación de Planetarios de América del Sur - APAS, y además asumirá la vicepresidencia de esta asociación, para fortalecer este diálogo con nuestros vecinos latinoamericanos. Sobre todo aquellas enseñanzas que nos ha dejado la pandemia, suceso que nos ha hecho buscar nuevas alternativas y maneras de llegar a todas las personas, y demostrar que los planetarios son mucho más de lo que tradicionalmente se piensa.